C

C

viernes, 31 de octubre de 2014

SUEÑOS DE MUERTE

El creacionista del día. Gerardo González- Aikas






Siempre había estado rodeada de accidentes y fatalidades, y a pesar de que ella los veía con claridad nunca nadie le creyó. Y aquello le destrozaba el alma.


Un don, le había dicho una vieja gitana que había encontrado en un circo a su escasa edad de 8 años. ―Tienes un don, pequeña ―le dijo la anciana― úsalo con sabiduría y mesura. 


Pero para Amanda aquello no era más que una maldición. Había visto morir a sus padres en un sueño, una cálida noche de verano, durante sus vacaciones en la playa cuando apenas tenía 10 años. Estaban dentro de un barco pero no se veía a ella con ellos, ellos estaban pescando y de pronto su padre caía por la borda, quebrándose la pierna al golpear con el bote. La sangre comenzaba a emanar debajo del barco y sus gritos el aire brumoso alrededor del barco. Su madre quien se percataba tras varios segundos de la situación de su esposo, brincaba al mar para tratar de ayudarle y poder subir al bote pero, cuando brincaba, unas enormes mandíbulas le prensaban la mitad de su cuerpo, desbaratándole y dejando solamente un par de piernas sueltas flotando en aquél mar de sangre. De aquella impresión su padre se quedaba quieto, en silencio, sin poder siquiera cerrar los ojos ante las mandíbulas que ahora se cernían ahora sobre él. De un bocado desaparecía el cuerpo del padre, la sangre se iba diluyendo en el mar y el barco se mecía solo, sin pasajero alguno hasta que llegaba una tormenta y hundía le barco.


Despertó Amanda bañada en sudor y gritando con todas sus fuerzas.

Pero ni a pesar de lo vívido que se veía el sueño, de las palabras de ruego para con sus padres, ellos le ignoraron al subir al mismo bote de sus sueños al día siguiente. Lo único que había conseguido es que se quedara ella en el hotel. Sabedora del destino que les aguardaba, lloró en silencio desde antes que le llegara la noticia oficial por parte de la policía.

A sus catorce años, en plena secundaria se había enamorado de un chico. Tímido, de lentes, inteligente pero nada sociable. Los compañeros le hacían burla por su estatura, era el más pequeño de la clase.


Ella se había encariñado con él, le esperaba al salir de la dirección para consolarle. Él también se enamoró de ella y a la edad de 14 años, recibió su primer beso. Se veían varias semanas después de la escuela, en una de las viejas estaciones de tren, abandonadas hacía ya mucho tiempo. Una tarde, él le pidió poder tocar uno de sus pechos; Amanda se había desarrollado antes que la mayoría de las chicas de su salón, ella, apenada pero bastante enamorada se dejó tocar por debajo de la blusa.


―Cálida, eres cálida― le dijo aquel niño. Luego le besó.


Aquella noche soñó como otra criatura devoraba lentamente, parte por parte, al chico del que estaba enamorado.

Saliendo de clases, al día siguiente, le pidió que no se vieran ese día y salió corriendo de la escuela. Él le siguió, preguntándole lo que le pasaba, corrieron y corrieron por las calles, ella trataba de evadirlo, gritándole que regresara a su casa y que mañana se verían.


Al día siguiente encontraron el cuerpo destazado del muchacho en un callejón, parecía que le habían arrancado los brazos y la cabeza a mordidas, su cuerpo se encontraba destrozado y todo el callejón estaba repleto de sangre.

Toda la noche siguiente lloró. Cuando cumplió los dieciséis, una chica se había enamorado de ella en su segundo año de preparatoria. Amanda no sentía nada pero quiso experimentar los besos de una mujer, creyendo así poder olvidar a aquél niño del que seguía enamorada. La noche en que se besaron, soñó con ella y a la noche siguiente, un cuerpo devorado apareció debajo de un puente.


Amanda conoció el sexo a sus diecinueve años, cuando salió con un chico del que se había enamorado. Lentes, inteligente y tímido; le recordó a su primer amor, como si fuera el niño que jamás creció y que jamás llegó a ser un universitario. Bebieron de sus cuerpos y conoció placeres hasta entonces desconocidos por sus sentidos. Sintió que se enamoraba otra vez y no durmió por dos días enteros, tratando de evitar que se repitiera la historia.


A la tercera noche cayó fulminada por el cansancio y soñó.


El sueño fue más vívido y despertó bañada en sudor con un sabor extraño en la boca. Se levantó con rapidez, a pesar de que su cabeza le zumbaba, y se dirigió al baño. Abrió las llaves del lavadero para que saliera el agua, abrió los ojos mientras bajaba la cabeza para poderse mojar cuando notó que unas gotas de sangre aparecieron en el lavabo; tomó con fuerza las llaves del lavabo y les cerró lentamente. Cerró los ojos e irguió la cabeza, respiró difícilmente y abrió los ojos para ver su reflejo en el espejo.


―Sangre…―se dijo mientras pasaba sus dedos por sus labios.


miércoles, 29 de octubre de 2014

ESOS DÍAS DE NOVIEMBRE

El creacionista del día.   David Mariano Cerón Cerecer





La primera vez que vi a mi abuelito fue cuando tenia 5 años, era de noche y el estaba frente a la ofrenda que ponen mis padres para día de muertos, yo no sabía quien era entonces y se lo pregunté, me respondió que era el padre de mi padre, mi abuelo; quise saber que hacia tan tarde despierto y me dijo que él ya no duerme más, le contesté que eso era extraño porque yo podía dormir toda la noche aún con el ruido que hacia mi tanque de oxígeno, él sonrió tiernamente y puso su mano en mi cabeza para despeinarme un poco, parecía una persona agradable; me contó un poco sobre él y sobre como era la vida años antes, de como también fue niño y salía a jugar a la calle con sus hermanitos, de las travesuras que hizo en la escuela a sus maestros, de como conoció a mi abuela y como le llevaba serenata para enamorarla, de mi padre cuando nació, él también fue un niño muy travieso me dijo, y que una vez se encerró casi todo un día en su cuarto sin comer porque no quería que lo inyectaran, también me contó de como se alegró al verlo de la mano de mi madre y ver en ellos esa chispa que vio en los ojos de la abuela por tantos años, eso era amor.

Platicamos por largo rato y me pidió de favor que no le dijera a nadie que nos había visitado y así el podría venir todos los años a verme, le pregunte donde vivía y solo me dijo que en un lugar cálido y confortable.

Me contó varias historias más hasta que me quede dormido a sus pies que sentí algo fríos.

Ya pasaron 6 años de eso y mi abuelo siempre me visitaba en esos días de noviembre, aunque creí que ahora no lo vería porque en el hospital escuché al doctor decirle a mis padres que no podría estar en casa a tiempo, lo extraño, extraño sus historias, su gentileza, su cariño y su serenidad.



Hoy ya no estoy en el hospital y platico con mi abuelo frente a la ofrenda, me gusta mucho estar con él y oír sus historias pero no me gusta ver a mis padres tristes, yo estoy bien y era cierto lo que dijo mi abuelo, ese lugar es cálido y confortable.



jueves, 23 de octubre de 2014

La Bruja de las Pupilas Frías

El creacionista del día. Agatha Cervantes 








Gretta  era una estudiante de secundaria con pocas expectativas de ser alguien de sociedad, por su capacidad de ver mas allá de lo que la gente ordinaria quería ver, era normalmente rechazada.

Su complexión delgada no le ayudaba mucho, al igual que su tono de piel casi blanco evanescente, solo le hacia destacar su larga melena rojiza, esa brillante lava ondulante de rizos que el viento despeinaba atraía las miradas de sus compañeros, pero nunca una que no fuera abatida por los comentarios que circulaban sobre ella: viene de una tierra extraña, dicen que mató a sus padres para tener vida eterna, es una friki no es nada original, antisocial, dicen que el corazón no le palpita por lo tímida que es, hasta en la mirada se le nota, es una torpe distraída, si evita a los otros es porque todo lo que dicen es verdad, tiene el cuerpo cubierto de escamas. 

Éste último comentario era reforzado porqué Gretta siempre estaba cubierta también en los días calurosos.



Gretta jamás había besado labios de su edad. Una tarde de noviembre, Óscar, el prefecto de la biblioteca pensó que seria buena idea borrar los rumores que se cernían alrededor de su predilecta; él era el único que hablaba con Gretta y compartían gustos y labores de materias, incluso alguna vez habían quedado para comer en la cafetería. En el instante en que 
Óscar y Gretta unieron sus inexpertos labios, una especie de ardor les subió al rostro, a  las manos y  al pecho como un torbellino. Así,  en un acto desesperado por finalizar el encuentro que fue interrumpido por sonidos en el pasillo, quedaron más tarde para continuar el romántico ritual en casa de Gretta.  

Óscar dudó al entrar, el recibidor tanto como la sala eran cálidos,  sin embargo un olor a ropa gastada se paseaba en el ambiente,  a lo cual Óscar no hizo caso alguno a su sensación de extrañeza , la calentura le nublaba la mente;  tanto a ella como a él pronto les estorbó la ropa y conforme intercambiaban besos húmedos y  rápidas caricias, las prendas caían hilvanando una atmósfera hirviente, no lo notaron,  sólo siguieron hasta que se descubrió lo que se ocultaba detrás de la blusa de aquella niña tímida y callada. Óscar gritó aterrorizado al observar que por la espalda de Gretta le recorrían incrustados sobre la piel una serie de ojos, todos y cada uno ellos centraron su helada mirada en él.


Dos horas más tarde se le veía a Gretta desnuda y feliz  frente al  espejo del tocador, peinaba el enmarañado cabello escarlata, en tanto entonaba una canción de un idioma desconocido; por su espalda al filo del torso,  figuraba un nuevo hermoso ojo azul violáceo, que le miraba con atención el pequeño seno izquierdo;  ella se dio cuenta y le susurró amorosamente:

- ¿Te gusto tanto? Ahora podrás mirar 
de mi cuerpo tu parte favorita. Te miraré siempre y tu siempre me mirarás.


El cuerpo sin vida de 
Óscar descansaba sobre la cama de la habitación y conforme el frió del próximo invierno entraba lo iba desvaneciendo soplo a soplo. Gretta, con una sonrisita en los labios se tragó de un bocado el ojo derecho para calentar su corazón.


martes, 14 de octubre de 2014

SELIT: “LA BRUJA BLANCA”

El creacionista del día.

Miguel Ángel Crespo Jiménez






La anciana Selit vivía a las afueras de la Villa recibiendo a hombres y mujeres que requerían sus servicios. Había muchos rumores sobre ella; Bruja para unos, maga, hechicera o curandera para otros, pero para la mayoría de sus vecinos era únicamente la solución a sus problemas. Entre sus clientes se encontraban los aquejados del mal de amores, los que buscaban un remedio para su fatiga, los que deseaban conocer su suerte, mujeres jóvenes embarazadas que deseaban abortar, madres solteras que buscaban ayuda para sus hijos… y en general, los más pobres del lugar, que buscaban una solución a sus problemas o enfermedades. Todos salían contentos tras ser atendidos por la anciana, ya que procuraba remedio real y consuelo para todos.

Un día aciago de Octubre, se denunciaría injustamente a Selit bajo el delito de brujería. El Tribunal de la Santa Inquisición sería el organismo que ejecutaría la pena. El fallo: Culpable de brujería. Todos los aldeanos se opusieron a la pena, pero no podían hacer nada frente al poder de la Iglesia. La Villa estaba triste. Selit fue apresada y llevada al calabozo del puesto de guardia para ser interrogada, aunque su destino ya estaba fijado. Al amanecer sería condenada a arder en la hoguera. Esa misma noche, su casa y todos sus recuerdos fueron consumidos por las llamas. De madrugada, una melodía resonó por toda la Villa: era la voz de Selit, que pese a los golpes del interrogador de la Inquisición, sonaba dulce y serena. Era la misma canción que cantaba a sus clientes mientras atendía sus males. De esa forma quería hacerles llegar que no se preocuparan.

El amanecer llegó, y en la plaza de la Villa ya estaba preparada la pira donde sería quemada la anciana. Algunos gritaban:” ¡Bruja! ¡Bruja! ¡Arderás en el infierno!”, otros pedían clemencia, y la mayoría simplemente callaban y rezaban en silencio por la suerte de su vecina y amiga. El Inquisidor emitió la sentencia en voz alta e hizo la señal a un guardia para que prendiera fuego a la hoguera. Algunos aldeanos lloraban, ella reía. Selit, atada al poste central comenzó a cantar. En unos segundos el fuego había envuelto el cuerpo de la condenada, y las llamas más altas parecían llegar al cielo. Selit no mostró ningún síntoma de dolor ni quejido alguno. Antes de ser consumida por las llamas su rostro era sereno y sonriente.

Muchos dicen que mientras la pira se convertía en una gran bola de fuego, un rayo de luz se proyectó en el cielo; otros que han visto a la anciana rondar por el bosque tiempo después. Pero la gran mayoría afirma que las noches de luna llena, una figura luminosa canta la canción de Selit, inundando la Villa de los dulces recuerdos que dejó en vida esta “Bruja blanca”.




martes, 7 de octubre de 2014

UN BOSQUE


El creacionista del día  Aleqs Garrigóz

                               





El bosque guarda celosamente su corazón húmedo
donde sapos, moluscos y otras alimañas paren y cohabitan. 
El bosque, allá enfrente, es esa tenebrosa extensión 
donde las hechiceras identifican las hierbas. Allí también 
tiene su lugar, el foso hondo y pútrido que es sepulcro de los pobres.
¡Con qué miedo estoy entrando contigo en sus fangos tétricos y vivos!


Cosas maravillosas acontecen dentro de su cuerpo delimitado por arañas:
el fuego se hace de la nada y reina La Natura en toda su tiniebla. 
Incluso las fogatas allí dentro son tan frías como su mirada.

También, se sabe, tiene, allí, su morada la lechuza sin sueño
que en su insomnio todo lo vigila: el negro y vaporoso cielo, los retorcidos
y secos arboles, y los charcos profundos donde las osamentas se asoman.

Las fogatas allí dentro son tan frías como su mirada.



Pero, cariño, negra dulzura, el miedo es ya en mí un estado permanente
y reside en mi cuerpo como una estaca en el pecho clavada. Pues, 
perra hermosa, bruja de mis amoríos… ¡No hay más terrible miedo 
que el que me produce la horrenda belleza de tu cara lavada!


jueves, 2 de octubre de 2014

OCTUBRE DE BRUJAS







Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae. 

Dracula  Bram Stoker


Octubre abre en raudo vuelo en compañía de brujas. 
Invitamos a todos nuestros creacionistas a crear en el arte que elijan, ya sea pintura, diseño,  literatura, etc. una composición de este tema que si bien adorna este mes, es bastante imaginativo para la mente de los creativos.  

¡Así que no pongan los pies en el suelo y denle rienda suelta a su creatividad e imaginación !

Aportaciones al correo de siempre: elcreacionista_@hotmail.com

Estaremos gustosos y sorprendidos recibiendo sus maravillosas creaciones.

Gracias.

El Creacionista ^_^