Si tengo una pena, finjo ser feliz.
si tengo cien, plagio la felicidad
pero si percibo mas de mil,
me confabulo con Dios
y levanto una muralla
contra los seres infelices que atentan sin pudor
Con el cuerpo cubierto de heridas me levanto
fuerte y con el espíritu agudo,
presto para bravas alturas
y arremeto con intrigas de felicidad
al asco de la mentira,
a la traición de la amistad
Como siempre, me digo;
no temas, Dios es tu amigo.
Hiere, hiere a los que no perdonan,
el triunfo de la felicidad.
Es así como finjo, confabulo
y perfecciono el arte de ser feliz.
seguiré fingiendo que si lo es.
¿Por qué?
Porque sé, que la suma del cuadrado de los amores
siempre será igual al cuadrado de la felicidad.