Explosión de sentidos,
promesa de redención
falla fundamental,
mentira primigenia.
Concentramos en el
tiempo,
el juramento antaño
olvidado
de volver a un
paraíso
que nunca tuvimos.
Somos el orgullo y la
indignación
que reclaman el alma
ígnea
portadores de la luz
condenados a las
fosas y mazmorras,
de las masas y de los
palurdos
somos burla y
escarnio,
alimento para los
perdidos y los muertos.
Como formas exangües que
intentan parasitar la belleza,
buscamos volver a nuestros umbríos recuerdos,
cual ouroboros que busca incesantemente su
cola.
Teñimos de purpura el asco que desparramos,
para ocultar nuestros hábitos.
Cúspide irrelevante de acciones sin sentido,
encajamos la pieza del destino con los ojos
cerrados.
Celebramos festines de inmundicia y olvido,
y buscamos corromper el camino.
Somos herederos de la diáfana miseria humana,
carcomidos y miserables, completamente vacíos.