El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla.
Robert Browning - Poeta Ingles
La ventana seguía cerrada, el ambiente se inundo de una mezcla de ruda, chocolate y agua, una infusión un poco convencional , aquellos remedios que mi madre usaba y se usaron por generaciones en la familia, esa extraña infusión se utilizo para aumentar mi fe y matara mis sentidos, simplemente no sirvió.
Por mi cuerpo pesaba según el medico una fiebre reumática, que inundo con su hálito soplando debilidad sobre mi rostro todos mis pensamientos se sumergieron en una oscuridad, que proliferaba en la habitación, en la cual solo estaban la cama, un pequeño buró y sobre el una radio, que era la única que me acompañaba con la música que se transmitía en los años 60.
Mi mente licuaba los gritos de mi madre junto con mi padecimiento, quería morir, pero en ese momento solo quede suspendida entre las cobijas y las continuas fiebres que iban y venían al ritmo de un columpio, el dolor abdominal crujió mis huesos como las ramas de un árbol sobre una hoguera, la nausea parecía oscilar sobre el reflejo de mis ojos apagados y, con los minutos mi cielo se nubló.
Encendí la radio y la emisora soltó una canción al azar : I Want to Hold Your Hand.
Un revuelo de luz invadió mi brusco interior existencialista , la sensación de sentirme morir, quedo en palabras, la música allegro mi corazón e hizo que despertara el sintonison del alma y de la mano la tonada me llevo por senderos en los que nadie podría alcanzarme, donde podía ser yo y en ese preciso instante salí por la ventana, sintiendome libre entre alas y notas musicales.