Sinuosas caen las melodías
como venas de mañanas,
se destraban como pequeños
sueños en amaneceres,
crisálidas de crisantemos.
Columnas románicas
se desbastan en cada
reflejo frente a mí,
me abrazan nostálgicas
de aquellos tiempos en
que dolían.
Nacen los sueños de aquellos
dolores silenciosos que
me silenciaban.
Melodías me rodean como
ríos hacia el cielo,
lágrimas al alma del tiempo.
Al alba despuntan
ahora
perezosas
como niños jugando,
perdidas
en risas
en su mundo de magia,
batidas,
batiendo alas,
en el sueño
fértil
de la libélula
que vuela
siempre
libre.