CIELO DESLACTOSADO 0 Acordes para domar elefantes
Se
escribió gracias al apoyo del Programa de
Estimulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Puebla (PECDA 2011)
Obra
para 2 actrices y 2 actores.
PERSONAJES:
Niña
Indio
Músico
Bailarina
Padre
Madre
Don
Flu
Lucecita
UNA NOTA:
Manejar
el espacio escénico como un juego de simultaneidad es una propuesta de la obra,
que propone partir el tiempo y suceder “el todo” en el escenario. ¿Cómo
hacerlo? No lo sé, por eso escribo teatro.
A mis primas.
UNO.
Niña:
Cuentan que un elefante puede vivir más de sesenta
años.
Dicen que para sangrar su piel se necesitan más de
tres disparos.
La trompa de un elefante puede absorber más de
cinco garrafones de agua.
No me gustan los elefantes.
Son animales que pueden parecer amigables, tiernos
y que en un pestañeo pueden destruirte, de una sola pisada, haciéndote lodo.
Creo, que son más feroces que una manada de leones
o más astutos que una serpiente.
A mi abuelo le gustan los elefantes.
En lugar de tener dedos tenía una trompa.
(Detrás
de ella una sombra se desprende)
Un boleto de primera fila al más horripilante circo
que pudiera existir.
DOS.
Madre-
¿Me estás escuchando?
Padre-
… …
Madre-
… ¡Haces del silencio un agujero sin salida!…
¿ya viste a la niña?, nuestra hija. ¡Está marchita! Sus ojos llorosos, ella,
yo… Estamos secos y tú que haces oídos
sordos… ¡Obsérvame!
Padre-
¡Es mi padre!
Madre-
¡No es de tu familia, ni siquiera es de este mundo! Es un monstruo con
colmillos filosos que desgarraran. ¡Créelo!... tienes que.
(El
sonido de una puerta que es azotada)
TRES.
(Todas las escenas que se desarrollen en “un
autobús” podrán sujetarse a cambios de espacio escénico en función de lo que
evoquen los personajes)
Niña.-
Reversible, dice la maestra, es algo que
se puede echar para atrás, volver a dónde inicio, sorprendentemente… algo así
como tener una segunda oportunidad de volverlo a hacer, sorprendentemente. Yo
entiendo que es como lo que hace Pepe, que en medio de la clase de ciencias,
cuando el maestro está explicando la velocidad de los objetos se tira un pedo y
dice… con su voz de gaviota –mientras pone ojos de perro arrepentido después de
comerse algún pescado recién pescado; ¡como el
Gaviotas!, así le decíamos al perro del pescador y no era por qué se
comiera los pescados como las gaviotas que los trituran con su pico y les sacan
los ojos hasta desangrarlos… no, sino que se come las gaviotas y los pescados,
los dos juntititititos, los esperaba y ¡!.., de una sola mordida las plumas
blancas y aletas salían disparadas de su hocico… ¡Ah sí!, Pepe. Y entonces… (hace sonido de pedo con su boca)
Músico:
¡Música!, ¿músico?, mú-si-ca… tres silabas que te
revientan los oídos. Dejándote sin nada, sin nadie. Sin ápice de algo ¡Soy un
universo vació que explota!... ¿música?
Niña.-…y dice “perdón profesor no
se vuelve a repetir” ¡pero claro que eso es mentira!, que se lo crea su tía.
Pepe ha hecho suya una misión, que cumplirá más temprano que tarde: “Apoderarse
del salón para olerse los pedos, él solito” esa es la misión de Pepe Pedos.
Todos tenemos una misión en el mundo, por más tonto que les parezca a los
demás, y de ser necesario nos transformaremos en mulas para cumplirla… o en
bueyes… por más tonto que les parezca a los demás. Hay veces que podemos tener
segundas oportunidades y volvernos a pedorrear para poder hacerlo; por eso Pepe
Pedos es mi ejemplo, por que siempre lo vuelve a intentar, una y otra y otra
vez, hasta lograr lo que quiere; su arma: pedos reversibles.
Indio:
En la India el cielo es como una vaca que da leche
deslactosada. Manchas peludas con color de smog, moscas en el aire, olor de
nata marchita; pero si ves bien el cielo… tu vaca, lo respiras, lo hueles, lo
bebes… nunca te va a hacer daño, al contrario, quieres beberlo una y otra vez.
Niña.-
La mayoría de las cosas son reversibles pero hay otras que no. Las olas son una de ellas, una ola no es
igual a otra, nunca, jamás. Así es, corta, pequeña y triste la vida, como una
ola, dice mi… tía. Yo pongo cara de Pepe Pedos y le digo que sí para que me
dé dinero para los vídeo juegos e ir a exterminar a todos los humanos del
planeta, ¿lo has jugado?
Músico:
Nunca he
amado las cosas insignificantes.
Niña.-
Uno es un alíen como de 4 metros de altura y aplasta las cabezas de las
personas y se las corta y luego con tus armas súper alienigenadas los partes a
la mitad, mientras gritan “Help, Help, Help”.
Indio:
Lo único que quiero es leche de mi vaca
deslactosada.
Músico:
A lo mejor es tiempo de que el degollado encuentre
su cabeza, existe un ápice de esperanza.
Niña.-
¡You will kill!
Músico-
¿Quieres que meta una serpiente en tu desdentada boca para que dejes de berrear
y te calles para siempre?
Indio-
¿Serpiente?, ¡no!…
Niña- ¡You will kill!
Músico-
Te tomare del cuello para hacerlo tan pequeño que hasta el perro con el olfato
más agudo se tardará años en encontrarlo…
Indio-¡Silencio,
silencio! Me parten la cabeza con…
Nombre: Indio
Apellidos: … ¿Indio?
Procedencia: …La India
Edad: ¿En años indios o en años americanos?/
¿americanos?/ 27/…/ ¿y en años indios?/ también 27
Color de piel: De arena de mar húmeda.
Color de ojos: De salida de sol a las 6:45 de la
mañana
Estatura: Un poco más chico que mi papá.
Cosas que le gustan: Domar elefantes y leche
deslactosada.
Cosas que no le gustan: Las discusiones y las
despedidas.
P.D. Suele partírsele la cabeza muchas veces.
Músico-
¡Ya!
Niña-
¿Ya?
Indio-
Ya
Músico-
No
Indio-
¿No?
Niña-
¿Cuánto falta?
Músico
- ….
Niña-
¿Sabes por qué las colas de las lagartijas se siguen moviendo cuando ya se las
cortaste?
CUATRO
(En
un asilo)
- Te-a-tro
Bailarina.-
Gafas oscuras, un trapo con colores chillantes enredado en el cuello y unos
pantalones pegados que parecían pellejo de pollo. ¿Teatro?
- Sí, teatro…nos divertiremos muchísimo haciéndolo,
¡ustedes y yo seremos uno mismo!,
mientras juntamos las manos para acumular nuestra energía todos nos
desearemos ¡mierda! antes de salir al escenario.
Bailarina-
No fue lo de “….” lo que hizo el silencio incomodo, sino que era todo tan
extraño en ese jovencito. Era un alíen con un arcoíris detrás de él, diciéndole
cosas a una manada de caníbales africanos o de la India; cosas que no nos
interesaba ni una pizca lo que significaban.
- ¡Lo último que quiero es oler a caca!
Bailarina-
Dijo don Flu, que sufría de una enfermedad crónica en el estomago. Y así, nos
dimos la vuelta con nuestras sillas de ruedas y andaderas a jugar ajedrez o a
ver la tele que no se ve o a hacer otra cosa que quedarnos a escuchar el
arcoíris que tiraba caca.
CINCO
(Un
Autobús)
Indio.-
En la India domamos elefantes. Tatara-tatara abuelo domaba elefantes, tío
abuelo domaba elefantes, bisabuelo domaba elefantes y abuelo domaba serpientes…
¡Muerto!, ¡tieso! por qué no domaba elefantes. Yo domo… domaba, elefantes,
nunca serpientes. Por eso es que “Don rápido” –don rápido es bonito nombre,
chistoso nombre, pero bonito nombre, como lo llama niña- me da un poco de…
miedo. Él es domador de serpientes, yo lo he visto con estos ojos que doman
elefantes. Él, con su música envenenada –primorosa música-, hace que las
serpientes se levanten de la tierra y caminen hacia él y le den monedas, así lo
conocimos. En la playa, montado sobre un elefante mecánico, encantando
serpientes que le tiran monedas. Ella me dijo que ese era nuestra media
naranja. ¿Media naranja? Nosotros somos dos, no podemos tener tres para una
naranja, seriamos una naranja y media.
Niña-
Nosotros somos uno, y cuando uno es uno no hay mitades, así es que nos hace
falta nuestra mitad.
Indio-
¿Cómo sabes que él quiere ir hacia donde nosotros queremos?
Niña-
Porque sin nosotros no podría caminar.
Indio-
Obvio, le dije.
Grosero comentario, aunque verdadero, yo sólo hice
hombros hacia arriba; más tarde niña explicar que media naranja no rueda sin la
otra media naranja.
Cierto.
Niña-
Pon cara de Pepe Pedos y deja que yo me encargue de lo demás.
Indio-
Yo no conocía a Pepe Pedos.
Niña-
(Al músico) ¿Quieres venir con
nosotros?
Indio- Arrugar la cara y dolerme por esperar tanto
tiempo respuesta.
SEIS
(Asilo)
- “S” - “
í”
Bailarina-
Respondió Lucecita, la única inscrita a la clase de teatro.
- Ro-me-o y…
Bailarina-
El público de pie y aplaudiendo, yo sonrió, sé que los tengo en la punta de mi
zapatilla, mis pies delinean el tiempo, haciéndolo sutil… sinfonía que invade
el espacio. El último giro, la conclusión.
- Ju-li
Bailarina-
La música sigue sonando, lo veo, él ni siquiera parpadea… parece como si las
notas que salen de su instrumento detuvieran el mundo, es tan… sé que al
terminar la función me dirá “eres mi nota”…
- Ta.
Bailarina-
Fui la delicatense de la danza. A
todo esto aborrecía, odiaba Romeo y Julieta. Allí me enamoré.
- ¡Por la apestosa comida que huele a sobaco de
enfermera!
-¡Por las andaderas sin antiderrapantes!
- ¡Por el café sin azúcar!
- ¡Por las miradas de lástima que nos atraviesan a
todas horas!
Bailarina-
Nunca había escuchado a todos los compañeros hablar tan arrebatadamente. Me
sentía en el mejor cuerpo de bailarines que con cada movimiento construyen el
acto creativo… claro, sólo que está vez con palabras.
Don
Flu- Acto tercero, escena uno. Tybal reta a Romeo a un
duelo. Romeo se niega, dice que ama el apellido de Capuleto, Mercurio, amigo de
Romeo se enfurece y rete a Tybal diciéndole – ¡Cogedor de ratas, desenvaina!
Ese será nuestro momento. Ahí nos presenciaremos
para amarrarlos, amenazarlos, escupirlos
y sangrarles las mejillas de un
pellizco mientras ellos… ¡sólo miran!
Bailarina-
Las ventanas del asilo retumbaron de tanto grito. Si en ese momento Pedro
Infante estuviera montando su caballo blanco, cantado encuerado y sólo con una
botella de tequila en la entrepierna… las enfermeras lo ignorarían. ¿Por qué?
Por la lectura de su biblia: el tv y
novelas… Nadie en el hospital se daba cuenta de lo que planeábamos,
nadie.
Don
Flu- Si alguien hace resistencia: cuchillos de cocina,
bolsa de diálisis, bacinicas, pañales…
Bailarina.-
Tomaríamos el asilo. Era sencillo, aprovecharíamos que la clase de teatro
presentaría Romeo y Julieta. Los amenazaríamos con espadas -de madera-, seríamos
quince contra cincuenta; quince los normales -funcionarios, enfermeros,
doctores- contra cincuenta viejos, olvidados. Sencillo, cincuenta contra
quince.
- ¿Y luego?
Bailarina.-
Alguien preguntó.
Nadie supo qué responder.
No sabemos qué pasaría.
¿Luego?...
Victoria, ¿derrota?…
¿Luego?...
La muerte o tal vez una inyección de vida
¿Luego?
…Un poquito de más aire en este apestoso lugar de
olvido.
- ¡Por mi hijo que no me ha venido a ver en 5 años!
Bailarina.-
Dijo Lucecita, sorprendiéndonos con la rapidez de sus palabras, haciendo
pedazos todas las preguntas del mundo y con ellas los vacios que dejan las preguntas no
respondidas. Encendió la chispa a los reclamos familiares, que aunque no tenían
nada que ver, ayudaba a responder… el
“luego”.
SIETE
(Un
Autobús)
Músico
- A buscar a mi papá, me dijo. Desdobló una foto de un edificio que podía ser
cualquier edificio en cualquier lugar del mundo, inclusive en la India. ¿Me estás diciendo que quieres encontrar a tu
padre, qué no sabes dónde está y qué cómo pista sólo tienes está foto?
Niña-
Ni Pepe Pedos pudo haberlo dicho mejor.
Músico
- … ¿Cuánto dinero tienes? Un billete de
a 500, una piedra plana –según dijo una alfombra miniatura- y un chicle fue lo
que sacó de la bolsa. ¿Sólo eso?
Niña-
Sí
Músico-
Se viene una tormenta. ¡Que el concierto de gotas empiece!
Niña-
Usted es domador de serpientes. Él es domador de elefantes y yo, yo… pues no sé
hacer nada pero sé inventar misterios sin resolver, decir chistes que no dan
gracia o puedo seguir hablando cuando ya todos se han cansado…
Músico-
¿Tu madre?
Niña-
Yo nací sin mamá, así como los caracoles.
Músico-
¡Los caracoles también tienen madre!, todos tenemos alguien que nos pario, el
gen o la baba de alguien. ¡Incresendo!
Niña-
¡Pues debería de hincarse y hacerme una reverencia porque yo soy la única en mi
especie!
Músico-
Sus ojos marchitos, tal vez como los míos, me dieron lastima. ¿Sabes qué lugar
es el de la foto?
Niña-
La ciudad.
Músico-
¿Cuál?
Niña-
… …
¿Hay muchas?
Músico-
Se dio la media vuelta y me dijo que mañana me tendría una respuesta. Al
siguiente día el “concierto” estaba listo. Iríamos a esa ciudad dónde
curiosamente, también, encontraría la nota que podía romper mi silencio.
¿Encantador? esa mocosa me ahorraría dinero, cuando llegáramos a nuestro
destino me haría polvo, perdiéndola en la multitud de gente. Silencio,
explosión.
OCHO.
Madre-
…
Padre-
¿Hace cuánto?
Madre-
Dos días… su cuarto está intacto, no encontré su mochila, ni la foto que tú le mandaste…
Padre- ¿Y sus amigos?, ¿has preguntado con ellos?..
Madre-
¡Es una niña solitaria!... De un tiempo para acá, ¿no te has dado cuenta?… ¿no
observas a tu hija? Claro, no la observas. Si lo hicieras no hubieras huido.
Padre-
…Se salió de control, ¡entiéndeme!
Madre-
¡Es tu culpa!
Padre-
Estoy harto que me señales, que me digas que todo es mi culpa, que todas las
cosas malas que pasan es por mí.
Madre-
¡Es tu silencio!
Padre-
Mis silencios no han destrozado tu vida.
Madre- ¡Pero la de la niña sí!
(Pausa)
Padre-
… …. Ya no llores más, la
encontraremos.
Madre-
Temes a lo que no conoces, temes a eso que destruye tus barreras, tu forma de
ver el mundo.
Padre-
A eso todos le temen.
Madre-
Necesito a mi marido, regrésamelo, tú no eres el hombre con el cual me case de
blanco, eres un niño, te comportas como un niño cobarde… Necesito que la
encuentres, por favor encuéntrala.
Padre-
Lo hare… mañana tomo el autobús de regreso.
Madre-
Tengo miedo de que…
Padre-
¡Ni lo sueñes!
(Cuelga)
NUEVE
(Una
estación de autobuses)
Músico-
¡Bastarda hija de Dánae! ¡Deja de seguirme!... ¡Esfúmate! lárgate…
Niña-…
Músico-
¿Eres sordomuda? ¿Te hago gestos?
Niña-…
Músico-
¿Quieres que me comporte como simio volteando tu mísera mejilla?
Niña-
¡pfffff!
Músico-
Tú y tus flatulentas historias me dan asco.
Niña-
¡Hizo una promesa!
Músico-
Nadie prometió nada niñita caprichosa.
Niña-
Miente.
Músico- …Sí.
Niña-
¡Somos una naranja!
Músico-
¡Las naranjas si se quedan enteras se pudren!. Deja de molestarme y vete a
seguir tirando chillidos en medio del establo, huérfana llorona.
Niña-
¡No soy huérfana!
Músico-
Ningún “padre” permitiría que su tesoro más preciado –sus hijos dicen los
ignorantes- venga a un lugar desconocido con un anciano inválido…
Niña-
¡Venimos a buscar a mi papá!
Músico-
¡Loca, loca, loca! Mentirosa, hija malquerida, aire maloliente…
Niña-
Nosotros somos una naranja, un entero…dijo que me ayudaría…
Músico- Nunca he sido mitad de nadie.
Niña.-
Tal vez por eso eres así. Las mitades no ruedan, no caminan.
Músico.-
Yo te enseñare que sí…
Niña.-
(Al Indio) ¿Tienes la piedra?
Indio.-
Piedras no, látigo sí.
Niña.-
¡La piedra alfombra!
Indio.-
¿Alfombra piedra?… Ah, claro, yo siempre cargar conmigo, amuleto de la suerte….
¡devuélvemela!
Niña.-
¡Hey tú don rápido!, ¿se cree muy listo, verdad?
Músico.-
¿Más que la cebollina niña?
Niña-
¿Sabes qué se necesita para llegar al cielo?
Músico.- ¡Qué venga a nuestro reino!... ¿misterios sin
resolver? ¿Cuál es el trato?, ¿tienes un trato?
(Niña
afirma con la cabeza)
Músico.-
¡Que venga a nuestro reino!
Niña.-
Si logra adivinar la respuesta lo dejamos en paz y me voy a llorar, como dice,
al establo.
Músico.-
¿Y si no?
Niña.-
Pues vienes con nosotros y me ayudas a buscar a mi papá y después se va a donde
quiera.
Músico.-
¿Cómo sé que cumplirás tu promesa?
Niña.-
Mírame…mi papá dice que los ojos nunca mienten.
Músico.-…
pequeña bestia... ¡Play ball!
Niña.-
¿Para llegar al cielo necesitas…?
Músico.-
¡Morirte!
Niña.-
No.
Músico.-
Dejar de respirar.
Niña-
No.
Músico.-
¿No existir?
Niña.-
No.
Músico.-
Portarte bien y ser bueno con los demás.
Niña.-
No
Músico.-
Creer en Dios.
Niña.-No
Músico.-
¿No creer?
Niña.-
Tampoco
Músico.-
¡Ser niño!
Niña-
No
Músico.-
¿Anciano?
Niña.-
No
Músico.-
¿No mentir a tus padres?… Tener un cohete espacial y ser astronauta… ¿Qué te
secuestre un ovni?… ¡Imaginarte que estás en el cielo!
Niña.-
Tibio.
Músico.-
¿Ese es el camino?... cerrar los ojos y pensar en el cielo… ¿es cierto niña
cursi? ¡Mírame!
Niña.-
Hielo.
Músico.-
Mentir.
Niña.-
Polo norte.
Músico.-
¿No querer ir al cielo?
Niña.-
La tumba del polo norte
Indio.-
500 respuestas/ 30 minutos/ 49 segundos/ 98 maldiciones/ 40 tragos de saliva/
20 apretadas de cabello.
Músico.-
¿Subirte a un juego mecánico mientras lees la biblia?
Indio.-
1 escupitajo/ 5 canciones/
Músico.-
¿Escuchar música? ¡Pincharte un dedo con la aguja!
Indio.-
Respuestas acerca de deportes, filosofía, física, matemáticas aplicadas -y sin
aplicar-, música, técnica, español, caricaturas…
Músico.-
¿Convirtiéndote en un halcón vegetariano? ¡En rata, en loro! ¿En cualquier
animal del mundo?
Indio.- Zoológicos, la fidelidad, dios, mujeres,
hombres, niños y niñas, computadoras, lógica, psicología, química,
ciencias, contaduría, futbol, cocina… ah. ¡Ah, ah, ah!
Músico.-Siendo
polvo
Niña.-
Nop
Músico.-
Acompañando a Santa Clos a dejar juguetes
Niña.-
Ya le dije que esa no.
Músico.-
¿Ser sordo como Beethoven?
Niña.-
Esa también ya la dijo.
Músico.-…
Niña.-
¿Ya no tiene más?
Músico
- Si la respuesta que tú me das es algo parecida a
lo que yo he dicho juro que te…
Niña.-…
apretare el cuello hasta hacerlo tan pequeño que ni el perro con el olfato más
agudo podrá encontrarlo… ya me lo dijo
antes. ¿Está listo para la respuesta?
Músico.-
Si me engañas le pondré un cohete a mi silla y saldré tan rápido de este lugar
que ni me veras el polvo.
Niña.-
¿Listo para la respuesta?
Músico.-…
¿Qué esperas?
Niña.-
Qué me pregunte.
Músico.-
¿Para qué infernales mocos verdes quieres que te pregunte si ya sabes la
pregunta y la respuesta?
Niña.-
Para hacerlo sentir doblemente perdedor.
Indio-
!!!!!!
Niña.-
Esta bien, yo lo haré (lo imita) A ver
mocosa invertebrada dime, ¿qué se necesita para llegar al cielo?... Es fácil
señor se necesita….
Músico.-
Si me mientes…
Niña.-
Déjeme terminar y después haga lo que quiera.
Músico.-
…
Niña.-
Para llegar al cielo lo único que se necesita es…
una piedra y la punta de un zapato.
Indio.-
Al caer la piedra hizo un tremendo eco como cuando algo cae a un pozo, nos
invadió. El viejo, la recogió y guardó en su bolsillo.
Músico.-
¿Tienes hambre?
Indio.-
Y la silla de ruedas rechinó cuidando la sombra de la ganadora.
DIEZ
(Asilo)
Bailarina.-
DIRECTOR; bordado en un cojín con encajes amarillo huevo, amarillo guácala. Me
lo regaló mi mami, ¿no es bonito? Nos dijo.
- Queridos, ¡todos a la escena!
Bailarina.-
¡A la orden!, nos movimos a la velocidad de la luz, según como cada uno
la traducía.
- Tomen su texto y lean en voz alta.
Bailarina.-
Gritaban, pegaban, saltaban y algunos
bailaban…. todos ensayando. Pero el más emocionado era nuestro director que no
dejaba de actuar, nunca.
- Romeo y Julieta es pasión, amor, es la historia
de romance que “todas” hubiéramos querido vivir…
- Qué “todos”.
Bailarina.-
Mientras el maestro desaprobaba a todas
las que quisieran hacer Julieta y disfrutaba haciendo sus escenas y diálogos,
los demás nos dábamos tiempo para preparar:
LA INVASIÓN.
(La escena siguiente, si así se quiere, tendrá
desarrollo en tres partes diferentes del escenario en un tiempo simultáneo)
EL ENSAYO
El amor es humo…
.
El amor es un humo…
¿Cómo sudor?
El amor Es- Un- HumO
ForMado poR
El- VaP…
La verdad es que no le entendemos…
¿Como sudor?
Nos vamos entendiendo.
El amor es un humo
Formado por el vapor de los suSpiR
Os
Alentado, un fuego que brilla en los ojos de Los …
El vapor de los suspiros; alentado, un fuego que brilla en los ojos de
los amantes.
¿Cómo sudor?
El amor es humo.
|
LA INVASIÓN
Operación: Julietas y Romeos viven felices para siempre, punto.
Ejecutores: Los rebeldes olvidados
Lugar de operación: Auditorio apolillado del asilo oxidado.
Estrategia maquinada:
16:30- Utensilios de revuelta en lugar apropiado (No olvidar los
bocadillos sin picante)
16:50- La presa entra.
17:00- Principio de la historia sin final, la tragedia sin tragedia o
la tragedia me da flojera.
17:05- primera pelea
17: 10- Descanso (No dejar que Don Flu se coma todos los bocadillos)
17:30- Hidratarse, respirar. P.D. Lucesita, no olvide aplicar su
inhalador.
17:59-. Revisión de armas. (Bolsas de diálisis)
18:00- Invasión. Libertad.
18:03- Aprisionamiento
18:15- Revisión de nudos
18:20- Victoria
18:30- (¿?)
18:40- (¿?)
19:00- cena.
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EL PROFE DE TEATRO Y SU PASIÓN FEBRIL
No, no. El texto dice es UN humo
¡No! Separe las palabras. Debe
de sentir el texto, que sale de sus poros. Qué lo huela, qué resbale, ¡qué
exhale!
No, como agua de manantial con rosas.
¡Agua de manantial!
Con rosas
¡Con rosas!
Que sea como una flor la cual despierta con los primeros rayos del sol
por la mañana, el canto de los pájaros que vuelan desde muy lejos para
cortejar a su amada…
Como… gusten.
Ruego por que así sea.
Eso, así, así, florece, florece…
¡No!
¡No! Como ros… ¡como sudor!
Como el sudor de una flor.
|
ONCE
(Un crucero de alguna ciudad)
Músico- Tienes que creerlo para
que alguien más te la crea.
Niña- ¿Pero cómo…? si no lo estoy…
Músico - ¿Sentiste eso?… ese dolor es un rayo que te parte
a la mitad.
Niña- Me pellizcó,
por segunda vez me tiré al piso, patalee y él bostezó. Unas personas que
pasaban me miraron como si yo fuera un mosquito y les hubiera picado en los
ojos.
Músico– No, no, no…
Niña- Lo hizo y todos se le quedaron mirando, incluso
los que venían manejando se le quedaron mirando.
Músico- ¿Ves?
Niña- Dije con la cabeza que sí.
Indio- El plan era sencillo,
aunque no lo entendía… pero era sencillo. Si queremos burlar toda la burocracia
del hospital y encontrar a tu padre tenemos que llegar al centro, al colmenar
del hospital, ¿entiendes? Los dos
dijimos que sí con la cabeza. ¡Tenemos que llegar! nos dijo el viejito que
mientras hablaba nos bañaba con su baba ¿Y si mejor tocamos?, dijo la niña. Eso
no sirve de nada, hay mil formas de abrir una puerta y en esta ocasión la más sencilla
no es simplemente la mejor. Así que allí estábamos, ensayando: el engaño del
herido. Al lado de un crucero, para que viniera una ambulancia y nos recogiera
a todos, a todos.
Músico- Repítelo.
Niña-…
Músico- Una vez más.
Indio- ¿Era tan difícil que una ambulancia te recogiera?
yo supongo. El plan era sencillo.
Músico- ¡Otra vez!
Niña-… ya me cansé.
Indio- Más bien parecía que estábamos haciendo un número
de mimos…
Músico- ¡Cómo cuando gritaste en la execrable terminal!,
¿quieres encontrar a tu padre?
Indio- A mí siempre me gustaron los mimos…
Niña- ¡Mejor hubiéramos ido a la tele!
Músico- Ya te dije, la tele no lo ven los doctores, no
tienen tiempo para perder en programejos de invertebrados. Hay que llegar donde
se encuentra la abeja reina.
Indio- A algunos les causábamos risa, otros bajaban la
velocidad de su automóvil, luego la ventanilla para mirarnos un segundo, y ya,
un segundo y listo…. A mí me gustan los mimos, son tan graciosos…
Músico- Más o menos,
intenta otra vez…
Niña- No puedo.
Músico- ¡Esa
palabra esfúmala de tu cabeza, no existe!… (la
niña llora) … Piensa en una nota que es interminable, en la vibración de la
cuerda minúscula que entra por tu oído y te va sacudiendo poco a poco la
cabeza, el cuerpo, las manos, tu ser. Y en esa vibración entra un bombo, que te
levanta por los aires. El sonido de un
saxofón te acaricia los pies haciéndote cosquillas, eminentemente chistosas,
pero de muerte, de vida, de risa, de amor…
Niña- ¿De perdón?
Músico- ¡De estúpida esperanza!
Indio- ¡De mimos!
(El
sonido de un fuerte choque, silencio, humo, una sirena)
DOCE
EL ASILO CARITAS ARRUGADAS
PRESENTA
Romeo y Julieta
de
William Shakespeare
con
adaptación libre de:
William Zacarias Levy
Con
las actuaciones:
Bailarina- El día llego. Se respira el nerviosismo. Todos nos
alistamos. El profesor William Zacarias Levy –mi nombre artístico, no se
confundan chicos y chicas, nos aclaró- se truena los dedos.
¡Tercera
llamada!
(Música)
Bailarina- ¡Con
sudor, con sudor!, repetía William y se limpiaba la cara con su pañuelo color
amarrillo huevo- guácala. Los demás a la expectativa, con la sonrisa picara y
la punzada que da en el pecho cuando sabes que harás la travesura que rayará en
el vandalismo o en el castigo de kínder.
LADY MONTAGUE:
¡Oh! ¿dónde está Romeo? -¿Le habéis visto hoy?
Bailarina- Lucesita
decía sus diálogos normalmente, como si la sangre hace mucho tiempo no le
hubiera bombeado la lengua y ahora, en la obra, la invasión, le estuviera
llegando hasta la punta del cráneo. El “luego”…empezaba a tener puntos
suspensivos.
(Evocamos una noche,
de esas que pasaron el Músico y la Bailarina.)
Bailarina- ¿Dices amarme y
me desprecias?
Juegas conmigo como el que reparte cartas para su sobrevivencia.
¡Los de corazón ingrato no saben lo que tienen hasta que lo ven
perdido!
Músico- Le aseguro señora que hasta el más
duro hombre
derrocharía lagrimas ante tales palabras
Bailarina- Las flechas más
letales para el más letal de los enemigos
Músico- No es de hombres abjurar en contra de
su destino
JULIETA
¡Oh! No jures por la luna, por la inconstante luna, cuyo disco cambia
cada mes, no sea que tu amor se vuelva tan variable.
ROMEO
¿Por qué debo jurar?
Músico- Nuestro destino hoy no existe
Bailarina- Por qué no lo
ves, por qué lo has borrado
por qué no lo quieres…
Don Flu- (Tras bambalinas, con la
boca llena de bocadillos) ¡Nadie me dijo que eran para todos!
Bailarina- La tragedia y la comedia me dan flojera. ¡En la vida no sólo
lloras!, ¡Ni que fueras Magdalena! Quisiera tener a Shakespeare frente a mí
para patearlo y escupirlo, decirle que la vida es equilibrio. ¡Por eso odio el
teatro! Hace poco mi “Romeo” volvió a escribir y no sé si de broma
me dijo que ya nos podríamos volver a encontrar, que era un viejo invalido y
solo.
MERCURIO
¡Oh! ¡Calma
deshonrosa, abominable humildad! A lo espadachín se borra esto.
(Desenvaina.)
Tybal, cogedor
de ratas, ¿quieres dar unas pasadas?
Bailarina- ¡Que se vaya al
carajo! Por supuesto. No me gusta Romeo y Julieta, por el final. Infeliz.
- ¡LI- BER- TAD!
(Todos los viejos salen a secuestrar el asilo)
TRECE
(Dentro de la ambulancia, el grito de la niña que se
confunde con el sonido de la sirena)
Niña- ¡Qué me hace…!
Músico- ¿Rutina?... no vuelvas a tocar a la
niña.
Indio y Niña:
(Al principio
ambos van alternando textos, después solamente el Indio)
El elefante, es más grande que cualquier otro. Es infinito,
fuerte, he creído que es invencible. Yo no lo sé, no quiero comprobarlo.
¡Quiero despertar, de esta pesadilla!. Me aplasta con sus patas, me sujeta. Yo
no quiero. No quiero, le digo. No dice nada. Calla. La puerta del circo se
cierra detrás de nosotros. Sólo mira, sólo mira.
Músico- ¡No llores, falta poco para llegar al
hospital!
Niña- Quiero a mi papá… ¡No se me acerque!
Indio:
(Ya sin la
intervención de la Niña)
Con su trompa,
esa trompa con cuerpo de serpiente, se desliza por mi cuerpo, cada vello de mi
piel se me enchina, no sé si me morderá… acecha… Eres mi abuelito, yo te quiero mucho…camina hacia mí, llega a su
presa… bebe de una botella.
Músico- (
a los paramédicos) ¿¡Calma?!…
Niña- ¡Paren!, déjenme en paz, quiero a mi
mamá, mi papá, los quiero a los dos… no me toquen... ¡pongo una barrera de
hielo!
Indio:
El elefante con trompa de serpiente, tiene los ojos rojos,
nunca me mira. Yo trato pero no puedo… pronto vendrán mis papás, le digo… ya no tomes más abuelito… al otro día te duele la cabeza y no te
acuerda de nada, se te olvida todo… ¡eres una maquina del olvido!… otro
trago. Su boca a olor gélido, a olor de asco, se abre… me dice ¡Silencio!
Niña- Qué nadie me vea, ¡silencio!,
¡silencio!
Indio:
Una mano toca mi mejilla.
¡Que me esté callada, que no grite!
Que me calle para
siempre….
Mi voz se ahoga.
Quisiera que mi cuerpo tuviera miles de pequeñas bocinas
para nunca dejar de hablar.
El elefante da un nuevo trago…
El sonido de su bragueta que baja me taladra los oídos.
Su olor apestoso, sus ojos rojos.
¡Quítate de encima!
(OSCURO)
(SILENCIO)
Niña- Lo hizo después de que fuimos al
circo. Después de que vimos el acto donde el domador no pudo domar a sus
elefantes, ¡quiero domar elefantes!
QUINCE
(Un cuarto blanco, lustroso, tal vez se pueda confundir con
la idea común del pasadizo, la luz, que te lleva al cielo.)
Bailarina:
Un instante.
Qué cuando cierro los
ojos se queda en mi cabeza, cómo una foto.
Músico:
Cómo una noche en la playa mirando las estrellas.
Indio:
Fue lo que nos dijo el viejo. Yo le creo. ¿Después de que le
inyectaran tantos tranquilizantes? Hasta la luna yo hubiera visto.
Bailarina:
Una foto.
Un instante.
Tu primer novio.
La planta que retoña su primera flor.
El aplauso del
público después de una función.
Una sonrisa de paz.
Indio:
A la niña la llevaron a un cuarto y allí se sentó con
alguien, a platicar un rato. Ese alguien llamó por teléfono a otro alguien para
que luego supiéramos que al alguien que llamó el otro alguien era su papá.
Habíamos llegado al colmenar y el abejo rey se fundió en un abrazo con su
abejita.
Niña:
Le dije que nos regresáramos, que lo que más extrañaba era
que me leyera historias antes de dormir. Me dijo que lo perdonara. Tú no
hiciste nada, no tengo por qué perdonarte. Sonrió y lloró al mismo tiempo… como
el Gaviotas cuando lo regañan porque se come los pescados recién pescados…
Bailarina:
Como una pintura de Picasso.
Caras descuadradas del cuerpo.
Al ver a todos aquellos veteranos contra ellos; con sus
espadas de madera, bacinicas en mano, tubos de suero… y en la otra el corazón
sangrante y palpitante:
¡Chinguen a su madre!
Como un Capuleto herido caí al piso y mi brazo se partió en
dos.
La invasión había terminado y los represores volvieron a
tomar el control.
A mí me llevaron al hospital, me enyesaron el brazo.
La invasión fue
fallida.
Al poco tiempo
cambiaron la tele que no se ve por otra tele.
Músico:
No sabía si reír o llorar.
Bailarina:
También cambiaron el
nombre del asilo de “Caritas arrugadas” a “Centro de reunión para la tercera
edad”. En realidad me gustaba más lo de caritas arrugadas. Algunos se los
llevaron sus familiares a… no sé donde, tal vez a algo mejor o peor. Pero creo,
siempre es bueno creer, que como yo, tenían una sonrisa de paz pintada en el
alma.
Indio:
Lo dejamos con una mujer.
Niña:
Su mujer
Músico:
Reír. ¿Para qué llorar?
Indio:
Ellos se parecen tanto, como gemelos.
Uno con los pies sin moverse y la otra con una mano sin
moverse.
Se reconocieron rápidamente. Me dijo la niña que había
encontrado a su media naranja, que ahora ya no nos necesitaba porque podía
caminar, correr si él quisiera.
Don rápido, le dije, gracias por todo.
Niña:
Y en el azulejo blanco y frió se dieron la mano y sonrieron
como dos adolescentes que se enamoran por primera vez.
Bailarina:
Como un Romeo y una Julieta, con final feliz.
Yo emprendí mi viaje
otra vez, a tomar un vaso de leche de mi cielo deslactosado.
DIECISÉIS
Padre.-
Quiero denunciar abuso sexual a una
menor… ¿el agresor?... Sí, lo conozco, es mi padre.