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viernes, 1 de diciembre de 2017

EScritos ?

El creacionista del día. Nicola Capponi







Deje de escribir en los márgenes de la libreta, para escribir sobre las puertas de vecindarios lejanos. Mi intimidad literaria se vio reducida a otro producto de consumo. No obtenía gran cosa. El dinero era lo menos. El placer se había esfumado entre mis dedos esa noche que tecleé sin esfuerzo la última frase; la sangre humeante del protagonista en los anteojos de aquel pobre personaje secundario, al que nadie pudo haber puesto atención en toda la novela.




Mis escapes se dan como a eso de las cinco de la mañana. Siento que la cama cruje, de forma despectiva es un recordatoria de mi andanza furtiva, de la letra impresa sin permiso, con majadería; alusivamente dejaba un mensaje de rebeldía, pasión y de una agresión de la cual yo era la única víctima.




Las frases eran incautas, advertencias sobre el fin del mundo, palabras de sensitivos sensoriales y diálogos de discusiones largas, de aquellas que nos recuerdan lo fastidioso de la programación televisiva de antaño; no hay nada que ver pero igual estas ahí pegado a ver si en algún momento un comentario es entretenido.





Ya no quisiera divagar, pero hoy escribo estas líneas como hienas, esperando a ver si sale mi apetito o el tuyo.