El creacionista del día. Alma Carbajal Guzmán.
El día se cerró en un abrazo junto entre llamas y hielo, ambas sintieron la muerte con el temblar en las rodillas, pero ninguna quiso despegarse hasta que los latidos del corazón se desaceleraran por la agonía del encuentro. Ojos, boca y pensamiento se abrieron cuando la noche se dilató suspirando luminosidad. Mucho tiempo fue lo que duraron los bocetos de la pasión entre ellas, en tanto, se daban cuenta de lo distintas que eran de los demás, tenían la palabra esperanza reflejada en las pupilas y la piel repartía un mensaje a susurros : "Soy tuya, solo tuya... por lo menos en estas horas oscuras".