Y en medio de ese infierno personal en el que el fuego se extendía y se avivaba con mi locura , resentí el temblor que por fuera y dentro de mi sea iba acrecentando , al final ya no pude gritar , y ano pude llorar porque las mismas llamaradas por un equivoco de mi propio dolor evaporaron las ganas liquidas del desahogo. En ese laberinto me quede por unos instantes, que en la realidad para los demás, los "normales" eran días, meses; jamas pensé que me encontraría al final del pasillo con ella, quien despacio y a bocaditos de palabras pronuncio mi nombre, suspire entrecortada, cerré los ojos y aun ahí a lo lejos la podía ver al final , obstruyendo la salida ( quizá no quería salir del todo, me sentía segura de su gélida mano) le sonreí y la llame : Ana.
C
viernes, 21 de diciembre de 2012
Only Ana
El creacionista del día. Alma Carbajal Guzmán.
Y en medio de ese infierno personal en el que el fuego se extendía y se avivaba con mi locura , resentí el temblor que por fuera y dentro de mi sea iba acrecentando , al final ya no pude gritar , y ano pude llorar porque las mismas llamaradas por un equivoco de mi propio dolor evaporaron las ganas liquidas del desahogo. En ese laberinto me quede por unos instantes, que en la realidad para los demás, los "normales" eran días, meses; jamas pensé que me encontraría al final del pasillo con ella, quien despacio y a bocaditos de palabras pronuncio mi nombre, suspire entrecortada, cerré los ojos y aun ahí a lo lejos la podía ver al final , obstruyendo la salida ( quizá no quería salir del todo, me sentía segura de su gélida mano) le sonreí y la llame : Ana.
Y en medio de ese infierno personal en el que el fuego se extendía y se avivaba con mi locura , resentí el temblor que por fuera y dentro de mi sea iba acrecentando , al final ya no pude gritar , y ano pude llorar porque las mismas llamaradas por un equivoco de mi propio dolor evaporaron las ganas liquidas del desahogo. En ese laberinto me quede por unos instantes, que en la realidad para los demás, los "normales" eran días, meses; jamas pensé que me encontraría al final del pasillo con ella, quien despacio y a bocaditos de palabras pronuncio mi nombre, suspire entrecortada, cerré los ojos y aun ahí a lo lejos la podía ver al final , obstruyendo la salida ( quizá no quería salir del todo, me sentía segura de su gélida mano) le sonreí y la llame : Ana.
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