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martes, 18 de febrero de 2020

Encarar los años uno a uno

El creacionista del día. Adán Echeverría









Este 16 de enero de 2020 cumpliré 45 años. 40 de ésos los pasé en Mérida, la de Yucatán, dos veces país independiente, mi pequeña patria, mi patria chica; y los cinco años restantes entre Morelia, Ensenada y Matamoros. Soy biólogo desde 1999, y desde entonces me he dedicado a la biología. Sin embargo, en lo que a la literatura se refiere, esto ha sido desde mucho antes. No podría considerar que mi primer poema fuera aquel acróstico que por el día de la madre escribiera en la primaria; pero sí debo considerar que mi carrera literaria comenzó en 1994 con la publicación de mi poema El Enfermo, en la Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán. Que en 2001 gané la publicación de mi primer poemario, y que este apareció con el nombre de El ropero del suicida en el año 2002, por la editorial Dante. Entonces podría decir que llevo 20 años como biólogo y como escritor.


En 1994 ocurrió en Chiapas el levantamiento del Ejército Zapatista Nacional de Liberación Nacional. En su Declaración de Guerra decían: “…y marcharemos a la ciudad de México, todo aquel que en el camino se nos una, será bienvenido; todo aquel que se nos oponga e intente detenernos, de ganar la guerra, serán considerados “traidores a la patria, enemigos”, y serán juzgados…”; de inmediato me sumé a su ideología, y decidí irme a Chiapas, dejarlo todo e irme, y no fue sino hasta 2002 cuando por fin estuve en San Cristóbal de las Casas, en casa del (ya desaparecido) poeta Marco Fonz, quien me invitara a presentar “El ropero del suicida” en un café librería que entonces coordinaba.


En 1994, iniciada una guerra contra el estado mexicano, yo publicaba mi primer poema “El Enfermo”. Entre 1994 y 1999, hice teatro callejero con el grupo Anagnorisis, formé una banda de rock “Tu cruz”, tocamos una canción en un Festival de Rock, y grabamos un demo con cuatro de mis canciones. Ese mismo año llegué a una iglesia de renovación cristiana, para formar el coro de la iglesia, y en esa iglesia me quedé durante 6 años dirigiendo al coro, para el que escribía canciones, y luego el grupo de teatro, donde montábamos adaptaciones bíblicas, y musicales evangelizadores. De un momento a otro solté la guitarra y me quedé con la pluma y la hoja blanca. Retomé aquel camino que me llevara a publicar “El enfermo”, hasta que conseguí ganar la publicación de mi primer libro, y de ahí comenzó esta mi historia en la literatura.

Este enero de 2020 me han llegado a casa, ejemplares de mi tercer libro de cuentos, que lleva por título “Mover la Sangre”, editado por Literatelia en diciembre de 2019, en Toluca, Estado de México. Este es mi libro publicado número 15.

Bien dice el dicho que: “No por mucho publicar se amanece más temprano, en el jardín de los poetas”, o algo así. Lo cierto es que la literatura no se vende por kilos, ni se aprecia por atados de poemas. Sin embargo, me quedo con lo que dijo Gabriel García Márquez: “publico para abandonar las historias y no continuar corrigiéndolas infinitamente”. Al final, solamente el tiempo pondrá en su lugar a los poetas. Yo espero próximamente poder presentar este mi tercer libro de cuentos en Matamoros, poder hacer alguna lectura de estos cuentos, y que sean los lectores quienes indiquen que tal anda mi literatura a poco más de 20 años de haberla comenzado.

Porque son simplemente los años los que nos van cambiando y dirigiendo nuestras formas de expresión. Los años que pasamos leyendo.




martes, 11 de febrero de 2020

Relojes en la obscuridad

El creacionista del día. Ricardo Durán






¿Dónde estás?

No te veo...
no veo nada a mi alrededor, es raro
sí, es raro porque mis ojos están abiertos
y lo único que logro ver son los relojes en la obscuridad
y es que se vuelve aún más extraño
porque no veo nada ahora,
su "tic tac" me están martillando la cabeza
no sé cuántos son, porqué no logro ver nada
pero si logro escuchar el "tic tac"
que me dicen tu nombre y parecen miles

No encuentro mi sonrisa, no sé donde la dejé...
¡ah! sí, ya recuerdo, vos te la llevaste
mientras dormía, en la obscuridad
sí, también ellos fueron testigo
los mismos relojes en la obscuridad
y su "tic tac" era el mismo, pausado
se escuchaba tú nombre, pero no recuerdo cuántos eran
porque no lograba verlos y ahora quiero recuperarla
pero primero tengo que saber en dónde estás

Dime tú secreto, sí, tú secreto
parece que cada vez que trato de leer tu mente,
vos estás un paso adelante de mi

Es de noche, pero la luz de la luna no me alumbra
enciendo la luz, pero no hay tal
escucho nuevamente el "tic tac"
sí, tu nombre pausado...
el "tic tac" de algunos relojes
sí, de los mismo relojes en la obscuridad
que te vieron por última vez mientras yo dormía,
los mismos relojes en la obscuridad
los cuales parecen no avanzar, sólo me recuerdan
que tengo que apresurarme
antes que el segundero corra nuevamente
y el tiempo corra sin sentido

"Tic tac…", repito nuevamente "tic tac..."
ven por mi alma, te digo
ven por el "tic" o por el "tac",
que sea tan sólo un pretexto
pero regresa, te regalo mi alma
ven y mírame a los ojos
sabes que no puedes
porque el tiempo es espacio entre tú y yo

No tengo miedo, no me asusta lo que me digas
no me asusta si vienes por mi alma
sólo me asusta el "tic tac"
sí, el "tic tac" de tu nombre
el "tic tac" de los relojes en la obscuridad

Porque manipulan el tiempo
porque no logro verte
porque sé que estás aquí deteniendo el tiempo
sé que el "tic" es tu respiración
y el "tac" es la manera que me susurras al oído
y que los relojes en la obscuridad
son tus cómplices, porque tú vas más allá del tiempo
pero el tiempo es espacio entre tú y yo

Sé que en cualquier momento estará tu luz
sí, sé qué te veré nuevamente
cuando los relojes en la obscuridad
sigan corriendo con normalidad
y el "tic tac" ya no diga más tu nombre
se que el segundero correrá por primera vez
entonces te veré, sí, te veré y me regreses mi sonrisa

¿Dónde estás?

-Aquí estoy y aquí esta tu sonrisa
frente a mi- 


Me dices

No me la lleve, no la viste por la obscuridad
pero cada vez que aparezco, ella aparece
y vos eres para mi eso que yo soy para ti
para mi sos la cuerda de los relojes en la obscuridad,
sin ella se detienen y con ellos el tiempo
pero el tiempo es espacio entre tú y yo

Por eso te necesito ahí
que yo sea el "tic" y vos el "tac"
que no nos separemos
para que sigamos el mismo transcurso del tiempo
con sentido y que los relojes en la obscuridad
tan sólo sean una excusa más
para seguir juntos, como el "tic tac"
de los relojes en la obscuridad.