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lunes, 4 de junio de 2018

Cristo a sus 21

El creacionista del día. Jorge Orendáin








¿Dónde andará ese Cristo a los 21?

Gonzalo Rojas






Cristo a sus 21 llegó a mi casa un día

con una botella de tinto y un poco de pan casero.

Dejó su bicicleta junto a la mía.

Se quitó sus sandalias, me dio un abrazo.

Se sentó como quien se sienta a mirar un sueño que se aleja.

Me miró lentamente, muy lentamente.

Alzó su palabra, siempre con un tono quedo,

y me dijo:

Allá afuera se respira sangre,

polvo lleno de polvo, pólvora llena de muerte,

cocaína que huele a sangre, y sangre que huele a incendio.



Abrió la botella de tinto. La bebió.

No me ofreció un trago siquiera.



Cristo a sus 21 estaba en mi casa.

Miró mi librero con calma. Hojeó discretamente

muchos libros de poesía.

Después de un tiempo, volvió a sentarse.

Me miró lentamente, como quien mira un pájaro

deshojarse en su vuelo.

Volvió a beber de su tinto.

Esta vez me ofreció un trago.

Ese tinto sabía a dolor.



Cristo a sus 21

miró una foto de una muchacha

que alguna vez fue mi novia.

Me volvió a mirar

como quien mira a un niño llorar.



Cristo a sus 21 se fue de mi casa.

Me dio un abrazo.

Lloramos juntos los dos, un poco nomás.