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viernes, 13 de abril de 2012

Hambre interrumpida

El creacionista del día. Agatha Cervantes









Como bien sabemos la Anorexia al igual que la Bulimia son trastornos alimenticios que generalmente padece la mujer. Me he enfocado a la tarea de buscar un hombre que "sufra" la anomalía antes mencionada; ya que es tan común ver a adolescentes del género femenino tener esta enfermedad. Sin embargo, no nos percatamos que todos podemos ser candidatos a cualquier desajuste físico y psicológico.

Por varios días investigué y me informé tanto en hospitales  como en sitios de Internet. Igualmente recabe información de estudiantes de la carrera de nutriología. Las razones que tiene un hombre  para adquirir este tipo de desorden son un tanto similares, a los motivos que con lleva a una mujer a vomitar o al ayuno temporal.  Encontré a un joven de 16 años, que para no herir susceptibilidades le llamare Marcos,  estudia la carrera de psicología y  trabaja medio tiempo en el  gabinete médico de su padre, el cual es médico gastroenterólogo. Al principio el acercamiento con Marcos llegó a ser muy difícil,   por el hecho de que "hasta el día de hoy",  su mejor secreto guardado, seria revelado de alguna manera. Le invité a tomar una taza de café para aflojar la tensión de la “casi imposible” entrevista. Ya que hubimos roto el hielo con una conversación de temas en común; la primera pregunta que salió a relucir con respecto a su problema fue de su parte:   ̶   ¿Quién te contó que yo soy anoréxico?

Con toda la franqueza del mundo le contesté que la que me conto sobre su condición había sido su novia.  Marcos se quedó callado unos segundos, suspiró y con cierto aire de alevosía me dijo:
  ̶̶  Bueno, si ella te dijo es porque debe estar preocupada, cree que si saco todo esto a relucir el problema se ira. Pero yo no lo creo, pregunta lo que quieras lo mismo da.

Inicié las preguntas un poco incomoda porque unos segundos antes habíamos charlado excelente. Él se puso en una actitud y en una pose, que imaginé no contestaría con sinceridad a lo que pudiera preguntar. Así que traté de que todo fuese objetivamente. Marcos estiró las piernas, se cruzó de brazos. Y yo sin prestar atención me concentré en las preguntas.

¿Desde qué edad comenzaste con este problema?

(Se quedó pensativo por un rato mirando al suelo o a la nada)  Mmmm…Como a los 12 años

¿Eres anoréxico solamente o también eres bulímico y de donde surgió este desorden?

Aunque Marcos al principio titubeó para responder esta pregunta. Respondió concretamente a muchos aspectos,   pero la sinteticé por razones personales del entrevistado.

― Creo que soy ambos, porque puedo comer grandes cantidades de comida y vomitar sin ningún problema, es más sencillo cuando me voy  el fin de semana con mis amigos y me emborracho al punto del vómito, ahí es cuando todo es más… limpio, claro.  Y algunas veces no como nada, solo porque el apetito se me ha ido. Recuerdo la borrachera y todo el puto desmadre de panza se va. Por otra parte siempre he sido un chavo gordo. Desde niño mis papas nunca estaban en la casa, siempre trabajando o en reuniones y pues todo lo que podía hacer era ver tele y comer. A veces salía con compañeros, pero no tenía amigos porque yo era el panzón de la clase, el gordo,  " El Willy”, me pusieron una serie de apodos que realmente me hicieron cambiar de actitud. Hay heridas que aún  siguen en mi cabeza y no puedo sacarlas, pero a veces no puedo evitarlo y me atasco de porquerías… luego de eso, simple, al baño y todo se va por el excusado.

No seguí preguntando nada a Marcos, él abiertamente decidió seguir contándome sobre el tema, así que solo me ocupe en escucharlo.

― No quería hacer esta entrevista porque no quiero ser una estadística, un número o un pinche ejemplo para ese montón de mocosas que se sienten gordas y que quieren tener los huesos pegados a la piel. No, yo tengo mis razones, solo quería perder un poco de peso y ser atlético, hago ejercicio de vez en cuando, pero nunca voy a regresar a tener ese cuerpo de la chingada, nunca.

Finalicé la entrevista en este punto porque vi a Marcos un tanto enojado, le di las gracias por su paciencia y concluí con estas preguntas.

Marcos  ¿Cuánto mides y pesas actualmente?   ¿Cuánto pesabas antes de que iniciaras tu desorden?  Y si tienes algo más que agregar el espacio está abierto para ti

Mido 1.78 y peso 60.80. Llegue a pesar 120.50. Realmente no quiero dar una mala imagen sobre lo que es bueno o malo, creo que tanto si estas flaco como si estas gordo  perjudica tu salud, es algo de lo que estoy consciente, pero también estoy lucido en que no quiero por ningún motivo regresar a ser la bola de manteca que era; no son músculos, no es ligue, solo quiero dejar esa vida atrás y que la gente me vea tal y como yo quiero verme, seguro de mí mismo.

Marcos se despidió de mí con un beso en la mejilla y aunque en el lapso de la entrevista no se llegó a concretar una actitud más abierta por parte de él, tal parece que se retiró un tanto satisfecho por el esfuerzo al hablarnos un poco del tema desde el punto de vista masculino. Su novia con quien tengo una buena comunicación,  habló de parte de Marcos disculpándose por no poder ser más abierto y por la indiferencia que tomó durante la entrevista.


Esta es la visión de un desorden alimenticio por parte de un hombre. En mayor o en menor medida no es una clasificación de otra enfermedad, no es en si el porcentaje, sino las razones que llevan al ser humano de cualquier género a tomar esta decisión extrema, que tienen que ver por encima de la moda, cultura y otros aspectos sociales.  Hay hombres anoréxicos y bulímicos, pero aunque sean la minoría, merecen ayuda al igual que una mujer.