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jueves, 29 de agosto de 2013

LSD

El creacionista del día. Aleqs Garrigóz







Sobre un mar estático me deslizo ingrávido
flotando sobre luminosos corceles de canto 
y frente a mí las nubes ríen 
y se contraen y explotan en mil pedazos de sonido.
Es el momento de lo bello, 
cuando los sentimientos sublimes se vierten entre sí 
y todas las líneas se confunden en espirales infinitas.

Y sobre este mar
los colores rebeldes de un caleidoscopio 
-trazos líquidos de magia- 
se agrupan en cúmulos de gozo por aquí y por allá. 
Y todas las formas de medición son inútiles.

Melodías sin freno 
como cadencias íntimas.

Aromas gratos 
como inciensos propios.

II

En un éxtasis de gracia 
me elevo al centro de las dimensiones
y soy yo quien da nombre a lo sensible. 
Y es mi eje sustento de lo eterno.




III



Pero en algún lado hay penumbra
y las criaturas en las aguas y en la tierra que se mueven sin fin
también compiten y se devoran. 
Oh, y es tan concebir la pierna rota de una criatura joven.

Los circos de horror vienen y se imponen de lejanos dominios 
con sus recias criaturas desbordadas: 
las que se arrastran 
y las que torturan.

Y la hierba nunca resiste la embestida de los fuertes.
Y todas las cosas nombradas antes 
son vulnerables y temerosas.

La luz y el movimiento conciben el amor.

El estancamiento engendra la peste.




IV


El momento romántico 
no es el rasguño del albor a través de la vestidura cruel de la sombra 
ni la ebonía dominando antiguos y débiles fuegos:
es la entrega de los polos del universo dual en un abrazo.



Sí, las formas se diluyen. 
Pero la memoria persiste.





jueves, 22 de agosto de 2013

BOLA DE CRISTAL




El creacionista del día.  FABIOLA MORALES GASCA 







En un principio, el mundo se condensaba en una gran bola de nieve. Todo era blanco. Energía y materia fluían felizmente en un vaivén que hacía girar a la bola de nieve en un éxtasis de comunión perfecta. Pero como todo lo perfecto algún día se tiene que romper, la bola de nieve que contenía al mundo blanco se deshizo para dar paso a la más exquisita combinación de colores y vidas, que jamás se ha visto. Rojo, azul y amarillo, mutaron para dar forma a nuevos mundos en donde los colores daban vida a seres que habitaban en esos nuevos mundos; no comprendían que pertenecían a un orden superior y algunos de ellos, cuando volteaban a ver el trozo de bóveda celeste, que les correspondía en ese espacio infinito, se preguntaban ―a veces calladamente, a veces en voz alta― si había vida en las estrellas lejanas. 

En esos mundos, entre tanta gente, en medio de la sierra y del canto de miles de grillos y cigarras; un niño de siete u ocho años, desde el patio de su humilde casa con paredes de madera y láminas viejas como techo, contemplaba las estrellas. Es Noche Buena, pero apenas si lo recuerda; se lo mencionaron desde la semana pasada en la iglesia, a la cual asiste cada domingo ―está a dos kilómetros de distancia, a él eso no le molesta, al contrario lo anima―. Da cada paso con alegría, sabe que llegando a la parroquia en sus manos tendrá uno de los pocos libros, que ha conocido en su vida. Grande, grueso, con letras tan bellas al inicio de cada capítulo. La Biblia―le dice el sacristán― contiene la palabra de Dios, el Ser creador del universo. El niño no parece entender bien esto, pero, lo que le parece maravilloso es que la palabra sea guardada. Imagina la cantidad de historias que los libros encierran. En los sagrados textos, algunos relatos se los ha contado el sacristán: un jardín y una expulsión, un diluvio y muchos animales; una guerra y un muro que cae al sonar unas trompetas, hombres que caminan por el desierto; muros con inscripciones, extrañas promesas a través de generación en generación, ángeles que bajan, un rey que nace en la pobreza con una gran estrella. ¿Acaso un rey puede conocer la pobreza? Si esto puede estar encerrado en ese libro, qué no contendrán los demás libros ¿Se puede obtener todo el conocimiento a través de ellos? ¿Y si ahora que termine de aprender a leer, lee todos esos libros? Ya está cansado de ver en sus manos pedazos de libros y todos esos recortes de revistas viejas.

¡Ah…! si en sus manos tuviera un libro para él, ¡sólo para él! como aquellos libros viejos de la biblioteca de su escuela. Sueña, sueña en miles de historias que nunca en su cabeza terminarán. Hoy es Noche Buena, apenas si se acuerda. En el cielo tupido de diamantes alcanza a ver una estrella fugaz perdiéndose entre la sombra de la cordillera, pide un deseo, recuerda que aquel Rey que nació en la pobreza traía a su propia estrella. Pide fervientemente un deseo.

Pierde toda su concentración, al grito de mamá― ¡Hijo, ven a cenar! ―y abre los ojos. Entra en su casa y un plato de frijoles negros está servido a un lado de las tortillas tibias envueltas en manta. Después, duerme sobre una cobija vieja y un pedazo de madera. El frío cala. Es Noche Buena y apenas si lo recuerda. Un Rey eligió nacer en la pobreza. Mañana es seguro que el libro que deseó no lo tendrá en las manos. Pero mañana, que es Navidad, el sacristán le prestará como siempre después de la misa, la Biblia.


En un principio, el mundo se condensaba en una bola de nieve. Todo era blanco. Energía y materia fluían en una comunión perfecta, eterna. Hasta que un niño agitó la bola de cristal.




viernes, 16 de agosto de 2013

CIELO DESLACTOSADO

El creacionista del día. Rafael Pérez De La Cruz










CIELO DESLACTOSADO 0 Acordes para domar elefantes

Se escribió gracias al apoyo del Programa de Estimulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Puebla (PECDA 2011)

Obra para 2 actrices y 2 actores.
PERSONAJES:
Niña
Indio
Músico
Bailarina
Padre
Madre
Don Flu
Lucecita

UNA NOTA:
Manejar el espacio escénico como un juego de simultaneidad es una propuesta de la obra, que propone partir el tiempo y suceder “el todo” en el escenario. ¿Cómo hacerlo? No lo sé, por eso escribo teatro.
A mis primas.

UNO.
Niña:
Cuentan que un elefante puede vivir más de sesenta años.
Dicen que para sangrar su piel se necesitan más de tres disparos.
La trompa de un elefante puede absorber más de cinco garrafones de agua.
No me gustan los elefantes.
Son animales que pueden parecer amigables, tiernos y que en un pestañeo pueden destruirte, de una sola pisada, haciéndote lodo.
Creo, que son más feroces que una manada de leones o más astutos que una serpiente.
A mi abuelo le gustan los elefantes.
En lugar de tener dedos tenía una trompa.
(Detrás de ella una sombra se desprende)
Un boleto de primera fila al más horripilante circo que pudiera existir.




DOS.
Madre- ¿Me estás escuchando?
Padre- …                                 …
Madre- … ¡Haces del silencio un agujero sin salida!…   ¿ya viste a la niña?, nuestra hija. ¡Está marchita! Sus ojos llorosos, ella, yo…  Estamos secos y tú que haces oídos sordos… ¡Obsérvame!
Padre- ¡Es mi padre!
Madre- ¡No es de tu familia, ni siquiera es de este mundo! Es un monstruo con colmillos filosos que desgarraran. ¡Créelo!... tienes que.

(El sonido de una puerta que es azotada)




TRES.
 (Todas las escenas que se desarrollen en “un autobús” podrán sujetarse a cambios de espacio escénico en función de lo que evoquen los personajes)

Niña.- Reversible, dice la maestra,  es algo que se puede echar para atrás, volver a dónde inicio, sorprendentemente… algo así como tener una segunda oportunidad de volverlo a hacer, sorprendentemente. Yo entiendo que es como lo que hace Pepe, que en medio de la clase de ciencias, cuando el maestro está explicando la velocidad de los objetos se tira un pedo y dice… con su voz de gaviota –mientras pone ojos de perro arrepentido después de comerse algún pescado recién pescado; ¡como el  Gaviotas!, así le decíamos al perro del pescador y no era por qué se comiera los pescados como las gaviotas que los trituran con su pico y les sacan los ojos hasta desangrarlos… no, sino que se come las gaviotas y los pescados, los dos juntititititos, los esperaba y ¡!.., de una sola mordida las plumas blancas y aletas salían disparadas de su hocico… ¡Ah sí!, Pepe. Y entonces… (hace sonido de pedo con su boca)

Músico:
¡Música!, ¿músico?, mú-si-ca… tres silabas que te revientan los oídos. Dejándote sin nada, sin nadie. Sin ápice de algo ¡Soy un universo vació que explota!... ¿música?

Niña.-…y dice “perdón profesor no se vuelve a repetir” ¡pero claro que eso es mentira!, que se lo crea su tía. Pepe ha hecho suya una misión, que cumplirá más temprano que tarde: “Apoderarse del salón para olerse los pedos, él solito” esa es la misión de Pepe Pedos. Todos tenemos una misión en el mundo, por más tonto que les parezca a los demás, y de ser necesario nos transformaremos en mulas para cumplirla… o en bueyes… por más tonto que les parezca a los demás. Hay veces que podemos tener segundas oportunidades y volvernos a pedorrear para poder hacerlo; por eso Pepe Pedos es mi ejemplo, por que siempre lo vuelve a intentar, una y otra y otra vez, hasta lograr lo que quiere; su arma: pedos reversibles.

Indio:
En la India el cielo es como una vaca que da leche deslactosada. Manchas peludas con color de smog, moscas en el aire, olor de nata marchita; pero si ves bien el cielo… tu vaca, lo respiras, lo hueles, lo bebes… nunca te va a hacer daño, al contrario, quieres beberlo una y otra vez.

Niña.- La mayoría de las cosas son reversibles pero hay otras que no. Las olas son una de ellas, una ola no es igual a otra, nunca, jamás. Así es, corta, pequeña y triste la vida, como una ola, dice mi… tía. Yo pongo cara de Pepe Pedos y le digo que sí para que me dé dinero para los vídeo juegos e ir a exterminar a todos los humanos del planeta, ¿lo has jugado?

Músico:
 Nunca he amado las cosas insignificantes. 

Niña.- Uno es un alíen como de 4 metros de altura y aplasta las cabezas de las personas y se las corta y luego con tus armas súper alienigenadas los partes a la mitad, mientras gritan “Help, Help, Help”.

Indio:
Lo único que quiero es leche de mi vaca deslactosada.

Músico:
A lo mejor es tiempo de que el degollado encuentre su cabeza, existe un ápice de esperanza.

Niña.- ¡You will kill!

Músico- ¿Quieres que meta una serpiente en tu desdentada boca para que dejes de berrear y te calles para siempre?

Indio- ¿Serpiente?, ¡no!…

Niña-    ¡You will kill!

Músico- Te tomare del cuello para hacerlo tan pequeño que hasta el perro con el olfato más agudo se tardará años en encontrarlo…

Indio-¡Silencio, silencio! Me parten la cabeza con…
Nombre: Indio
Apellidos: … ¿Indio?
Procedencia: …La India
Edad: ¿En años indios o en años americanos?/ ¿americanos?/ 27/…/ ¿y en años indios?/ también 27
Color de piel: De arena de mar húmeda.
Color de ojos: De salida de sol a las 6:45 de la mañana
Estatura: Un poco más chico que mi papá.
Cosas que le gustan: Domar elefantes y leche deslactosada.
Cosas que no le gustan: Las discusiones y las despedidas.
P.D. Suele partírsele la cabeza muchas veces.

Músico- ¡Ya!
Niña- ¿Ya?
Indio- Ya
Músico- No
Indio- ¿No?
Niña- ¿Cuánto falta?
Músico - ….
Niña- ¿Sabes por qué las colas de las lagartijas se siguen moviendo cuando ya se las cortaste?



CUATRO
(En un asilo)

- Te-a-tro

Bailarina.- Gafas oscuras, un trapo con colores chillantes enredado en el cuello y unos pantalones pegados que parecían pellejo de pollo. ¿Teatro?

- Sí, teatro…nos divertiremos muchísimo haciéndolo, ¡ustedes y yo seremos uno mismo!,  mientras juntamos las manos para acumular nuestra energía todos nos desearemos ¡mierda! antes de salir al escenario.

Bailarina- No fue lo de “….” lo que hizo el silencio incomodo, sino que era todo tan extraño en ese jovencito. Era un alíen con un arcoíris detrás de él, diciéndole cosas a una manada de caníbales africanos o de la India; cosas que no nos interesaba ni una pizca lo que significaban.

- ¡Lo último que quiero es oler a caca!

Bailarina- Dijo don Flu, que sufría de una enfermedad crónica en el estomago. Y así, nos dimos la vuelta con nuestras sillas de ruedas y andaderas a jugar ajedrez o a ver la tele que no se ve o a hacer otra cosa que quedarnos a escuchar el arcoíris que tiraba caca.

CINCO
(Un Autobús)

Indio.- En la India domamos elefantes. Tatara-tatara abuelo domaba elefantes, tío abuelo domaba elefantes, bisabuelo domaba elefantes y abuelo domaba serpientes… ¡Muerto!, ¡tieso! por qué no domaba elefantes. Yo domo… domaba, elefantes, nunca serpientes. Por eso es que “Don rápido” –don rápido es bonito nombre, chistoso nombre, pero bonito nombre, como lo llama niña- me da un poco de… miedo. Él es domador de serpientes, yo lo he visto con estos ojos que doman elefantes. Él, con su música envenenada –primorosa música-, hace que las serpientes se levanten de la tierra y caminen hacia él y le den monedas, así lo conocimos. En la playa, montado sobre un elefante mecánico, encantando serpientes que le tiran monedas. Ella me dijo que ese era nuestra media naranja. ¿Media naranja? Nosotros somos dos, no podemos tener tres para una naranja, seriamos una naranja y media.

Niña- Nosotros somos uno, y cuando uno es uno no hay mitades, así es que nos hace falta nuestra mitad.

Indio- ¿Cómo sabes que él quiere ir hacia donde nosotros queremos?

Niña- Porque sin nosotros no podría caminar.

Indio- Obvio, le dije.
Grosero comentario, aunque verdadero, yo sólo hice hombros hacia arriba; más tarde niña explicar que media naranja no rueda sin la otra media naranja.
Cierto.

Niña- Pon cara de Pepe Pedos y deja que yo me encargue de lo demás.

Indio- Yo no conocía a Pepe Pedos.

Niña- (Al músico) ¿Quieres venir con nosotros?

Indio-  Arrugar la cara y dolerme por esperar tanto tiempo respuesta.


SEIS
(Asilo)

- “S” -     “ í”

Bailarina- Respondió Lucecita, la única inscrita a la clase de teatro.

- Ro-me-o y…

Bailarina- El público de pie y aplaudiendo, yo sonrió, sé que los tengo en la punta de mi zapatilla, mis pies delinean el tiempo, haciéndolo sutil… sinfonía que invade el espacio. El último giro, la conclusión.

- Ju-li

Bailarina- La música sigue sonando, lo veo, él ni siquiera parpadea… parece como si las notas que salen de su instrumento detuvieran el mundo, es tan… sé que al terminar la función me dirá “eres mi nota”…

- Ta.

Bailarina- Fui la delicatense de la danza. A todo esto aborrecía, odiaba Romeo y Julieta. Allí me enamoré.

- ¡Por la apestosa comida que huele a sobaco de enfermera!
-¡Por las andaderas sin antiderrapantes!
- ¡Por el café sin azúcar!
- ¡Por las miradas de lástima que nos atraviesan a todas horas!

Bailarina- Nunca había escuchado a todos los compañeros hablar tan arrebatadamente. Me sentía en el mejor cuerpo de bailarines que con cada movimiento construyen el acto creativo… claro, sólo que está vez con palabras.

Don Flu- Acto tercero, escena uno. Tybal reta a Romeo a un duelo. Romeo se niega, dice que ama el apellido de Capuleto, Mercurio, amigo de Romeo se enfurece y rete a Tybal diciéndole – ¡Cogedor de ratas, desenvaina! Ese será nuestro momento. Ahí nos presenciaremos para amarrarlos, amenazarlos, escupirlos  y sangrarles  las mejillas de un pellizco mientras ellos… ¡sólo miran!

Bailarina- Las ventanas del asilo retumbaron de tanto grito. Si en ese momento Pedro Infante estuviera montando su caballo blanco, cantado encuerado y sólo con una botella de tequila en la entrepierna… las enfermeras lo ignorarían. ¿Por qué? Por la lectura de su biblia: el tv y novelas… Nadie en el hospital se daba cuenta de lo que planeábamos, nadie. 

Don Flu- Si alguien hace resistencia: cuchillos de cocina, bolsa de diálisis, bacinicas, pañales…

Bailarina.- Tomaríamos el asilo. Era sencillo, aprovecharíamos que la clase de teatro presentaría Romeo y Julieta. Los amenazaríamos con espadas -de madera-, seríamos quince contra cincuenta; quince los normales -funcionarios, enfermeros, doctores- contra cincuenta viejos, olvidados. Sencillo, cincuenta contra quince.

- ¿Y luego?

Bailarina.- Alguien preguntó.
Nadie supo qué responder.
No sabemos qué pasaría.
¿Luego?...
Victoria, ¿derrota?…
¿Luego?...
La muerte o tal vez una inyección de vida
 ¿Luego?
…Un poquito de más aire en este apestoso lugar de olvido.

- ¡Por mi hijo que no me ha venido a ver en 5 años!

Bailarina.- Dijo Lucecita, sorprendiéndonos con la rapidez de sus palabras, haciendo pedazos todas las preguntas del mundo y con ellas  los vacios que dejan las preguntas no respondidas. Encendió la chispa a los reclamos familiares, que aunque no tenían nada que ver, ayudaba a responder…  el “luego”. 

SIETE
(Un Autobús)

Músico - A buscar a mi papá, me dijo. Desdobló una foto de un edificio que podía ser cualquier edificio en cualquier lugar del mundo, inclusive en la India.  ¿Me estás diciendo que quieres encontrar a tu padre, qué no sabes dónde está y qué cómo pista sólo tienes está foto?
Niña- Ni Pepe Pedos pudo haberlo dicho mejor.
Músico - … ¿Cuánto dinero tienes?  Un billete de a 500, una piedra plana –según dijo una alfombra miniatura- y un chicle fue lo que sacó de la bolsa.  ¿Sólo eso?
Niña- Sí
Músico- Se viene una tormenta. ¡Que el concierto de gotas empiece! 
Niña- Usted es domador de serpientes. Él es domador de elefantes y yo, yo… pues no sé hacer nada pero sé inventar misterios sin resolver, decir chistes que no dan gracia o puedo seguir hablando cuando ya todos se han cansado…
Músico- ¿Tu madre?
Niña- Yo nací sin mamá, así como los caracoles.
Músico- ¡Los caracoles también tienen madre!, todos tenemos alguien que nos pario, el gen o la baba de alguien. ¡Incresendo!
Niña- ¡Pues debería de hincarse y hacerme una reverencia porque yo soy la única en mi especie!
Músico- Sus ojos marchitos, tal vez como los míos, me dieron lastima. ¿Sabes qué lugar es el de la foto?
Niña- La ciudad.
Músico- ¿Cuál?
Niña- …    …    ¿Hay muchas?
Músico- Se dio la media vuelta y me dijo que mañana me tendría una respuesta. Al siguiente día el “concierto” estaba listo. Iríamos a esa ciudad dónde curiosamente, también, encontraría la nota que podía romper mi silencio. ¿Encantador? esa mocosa me ahorraría dinero, cuando llegáramos a nuestro destino me haría polvo, perdiéndola en la multitud de gente. Silencio, explosión.







OCHO.

Padre- ¿Desapareció?
Madre- …
Padre- ¿Hace cuánto?
Madre- Dos días… su cuarto está intacto, no encontré  su mochila, ni la foto que tú le mandaste…
Padre-   ¿Y sus amigos?, ¿has preguntado con ellos?..
Madre- ¡Es una niña solitaria!... De un tiempo para acá, ¿no te has dado cuenta?… ¿no observas a tu hija? Claro, no la observas. Si lo hicieras no hubieras huido. 
Padre- …Se salió de control, ¡entiéndeme!
Madre- ¡Es tu culpa!
Padre- Estoy harto que me señales, que me digas que todo es mi culpa, que todas las cosas malas que pasan es por mí.
Madre- ¡Es tu silencio!
Padre- Mis silencios no han destrozado tu vida.
Madre-  ¡Pero la de la niña sí!
(Pausa)
Padre- …   …. Ya no llores más, la encontraremos.
Madre- Temes a lo que no conoces, temes a eso que destruye tus barreras, tu forma de ver el mundo.
Padre- A eso todos le temen.
Madre- Necesito a mi marido, regrésamelo, tú no eres el hombre con el cual me case de blanco, eres un niño, te comportas como un niño cobarde… Necesito que la encuentres, por favor encuéntrala.
Padre- Lo hare… mañana tomo el autobús de regreso.
Madre- Tengo miedo de que…
Padre- ¡Ni lo sueñes!
(Cuelga)

NUEVE
(Una estación de autobuses)

Músico- ¡Bastarda hija de Dánae! ¡Deja de seguirme!... ¡Esfúmate! lárgate…
Niña-
Músico- ¿Eres sordomuda? ¿Te hago gestos?
Niña-
Músico- ¿Quieres que me comporte como simio volteando tu mísera mejilla?
Niña- ¡pfffff!
Músico- Tú y tus flatulentas historias me dan asco.
Niña- ¡Hizo una promesa!
Músico- Nadie prometió nada niñita caprichosa.
Niña- Miente.
Músico-  …Sí.
Niña- ¡Somos una naranja!
Músico- ¡Las naranjas si se quedan enteras se pudren!. Deja de molestarme y vete a seguir tirando chillidos en medio del establo, huérfana llorona.
Niña- ¡No soy huérfana!
Músico- Ningún “padre” permitiría que su tesoro más preciado –sus hijos dicen los ignorantes- venga a un lugar desconocido con un anciano inválido…
Niña- ¡Venimos a buscar a mi papá!
Músico- ¡Loca, loca, loca! Mentirosa, hija malquerida, aire maloliente…
Niña- Nosotros somos una naranja, un entero…dijo que me ayudaría…
Músico-  Nunca he sido mitad de nadie.
Niña.- Tal vez por eso eres así. Las mitades no ruedan, no caminan.
Músico.- Yo te enseñare que sí…
Niña.- (Al Indio) ¿Tienes la piedra?
Indio.- Piedras no, látigo sí.
Niña.- ¡La piedra alfombra!
Indio.- ¿Alfombra piedra?… Ah, claro, yo siempre cargar conmigo, amuleto de la suerte…. ¡devuélvemela!
Niña.- ¡Hey tú don rápido!, ¿se cree muy listo, verdad?
Músico.- ¿Más que la cebollina niña?
Niña- ¿Sabes qué se necesita para llegar al cielo?
Músico.-  ¡Qué venga a nuestro reino!... ¿misterios sin resolver? ¿Cuál es el trato?, ¿tienes un trato?
(Niña afirma con la cabeza)
Músico.- ¡Que venga a nuestro reino!
Niña.- Si logra adivinar la respuesta lo dejamos en paz y me voy a llorar, como dice, al establo.
Músico.- ¿Y si no?
Niña.- Pues vienes con nosotros y me ayudas a buscar a mi papá y después se va a donde quiera.
Músico.- ¿Cómo sé que cumplirás tu promesa?
Niña.- Mírame…mi papá dice que los ojos nunca mienten.
Músico.-… pequeña bestia... ¡Play ball!
Niña.- ¿Para llegar al cielo necesitas…?
Músico.- ¡Morirte!
Niña.- No.
Músico.- Dejar de respirar.
Niña- No.
Músico.- ¿No existir?
Niña.- No.
Músico.- Portarte bien y ser bueno con los demás.
Niña.- No
Músico.- Creer en Dios.
Niña.-No
Músico.- ¿No creer?
Niña.- Tampoco
Músico.- ¡Ser niño!
Niña- No
Músico.- ¿Anciano?
Niña.- No
Músico.- ¿No mentir a tus padres?… Tener un cohete espacial y ser astronauta… ¿Qué te secuestre un ovni?… ¡Imaginarte que estás en el cielo!
Niña.- Tibio.
Músico.- ¿Ese es el camino?... cerrar los ojos y pensar en el cielo… ¿es cierto niña cursi? ¡Mírame!
Niña.- Hielo.
Músico.- Mentir.
Niña.- Polo norte.
Músico.- ¿No querer ir al cielo?
Niña.- La tumba del polo norte
Indio.- 500 respuestas/ 30 minutos/ 49 segundos/ 98 maldiciones/ 40 tragos de saliva/ 20 apretadas de cabello.
Músico.- ¿Subirte a un juego mecánico mientras lees la biblia?
Indio.- 1 escupitajo/ 5 canciones/
Músico.- ¿Escuchar música? ¡Pincharte un dedo con la aguja!
 Indio.- Respuestas acerca de deportes, filosofía, física, matemáticas aplicadas -y sin aplicar-, música, técnica, español, caricaturas…
Músico.- ¿Convirtiéndote en un halcón vegetariano? ¡En rata, en loro! ¿En cualquier animal del mundo?
Indio.-  Zoológicos, la fidelidad, dios,  mujeres,  hombres, niños y niñas, computadoras, lógica, psicología, química, ciencias, contaduría, futbol, cocina… ah. ¡Ah, ah, ah!
Músico.-Siendo polvo
Niña.- Nop
Músico.- Acompañando a Santa Clos a dejar juguetes
Niña.- Ya le dije que esa no.
Músico.- ¿Ser sordo como Beethoven?
Niña.- Esa también ya la dijo.
Músico.-…
Niña.- ¿Ya no tiene más?
Músico - Si la respuesta que tú me das es algo parecida a lo que yo he dicho juro que te…
Niña.-… apretare el cuello hasta hacerlo tan pequeño que ni el perro con el olfato más agudo podrá  encontrarlo… ya me lo dijo antes. ¿Está listo para la respuesta?
Músico.- Si me engañas le pondré un cohete a mi silla y saldré tan rápido de este lugar que ni me veras el polvo.
Niña.- ¿Listo para la respuesta?
Músico.-… ¿Qué esperas?
Niña.- Qué me pregunte.
Músico.- ¿Para qué infernales mocos verdes quieres que te pregunte si ya sabes la pregunta y la respuesta?
Niña.- Para hacerlo sentir doblemente perdedor.
Indio- !!!!!!
Niña.- Esta bien, yo lo haré (lo imita) A ver mocosa invertebrada dime, ¿qué se necesita para llegar al cielo?... Es fácil señor se necesita….
Músico.- Si me mientes…
Niña.- Déjeme terminar y después haga lo que quiera.
Músico.-
Niña.- Para llegar al cielo lo único que se necesita es… una piedra y la punta de un zapato.
Indio.- Al caer la piedra hizo un tremendo eco como cuando algo cae a un pozo, nos invadió. El viejo, la recogió y guardó en su bolsillo.
Músico.- ¿Tienes hambre?
Indio.- Y la silla de ruedas rechinó cuidando la sombra de la ganadora. 

DIEZ
(Asilo)

Bailarina.- DIRECTOR; bordado en un cojín con encajes amarillo huevo, amarillo guácala. Me lo regaló mi mami, ¿no es bonito? Nos dijo.

- Queridos, ¡todos a la escena!

Bailarina.- ¡A la orden!, nos movimos  a la velocidad de la luz, según como cada uno la traducía.

- Tomen su texto y lean en voz alta.

Bailarina.-  Gritaban, pegaban, saltaban y algunos bailaban…. todos ensayando. Pero el más emocionado era nuestro director que no dejaba de actuar, nunca. 

- Romeo y Julieta es pasión, amor, es la historia de romance que “todas” hubiéramos querido vivir…
- Qué “todos”.

Bailarina.-  Mientras el maestro desaprobaba a todas las que quisieran hacer Julieta y disfrutaba haciendo sus escenas y diálogos, los demás nos dábamos tiempo para preparar:



LA INVASIÓN.
(La escena siguiente, si así se quiere, tendrá desarrollo en tres partes diferentes del escenario en un tiempo simultáneo)

EL ENSAYO

El amor es humo…
.




El amor es un humo…





¿Cómo sudor?



El amor Es- Un- HumO



ForMado poR




El- VaP…


La verdad es que no le entendemos…






¿Como sudor?
Nos vamos entendiendo.

El amor es un humo




Formado por el vapor de los suSpiR


Os


Alentado, un fuego que brilla en los ojos de Los …


El vapor de los suspiros; alentado, un fuego que brilla en los ojos de los amantes.

¿Cómo sudor?

El amor es humo.
LA INVASIÓN




Operación: Julietas y Romeos viven felices para siempre, punto.





Ejecutores: Los rebeldes olvidados


Lugar de operación: Auditorio apolillado del asilo oxidado.


Estrategia maquinada:


16:30- Utensilios de revuelta en lugar apropiado (No olvidar los bocadillos sin picante)


16:50- La presa entra.






17:00- Principio de la historia sin final, la tragedia sin tragedia o la tragedia me da flojera.



17:05- primera pelea


17: 10- Descanso (No dejar que Don Flu se coma todos los bocadillos)


17:30- Hidratarse, respirar. P.D. Lucesita, no olvide aplicar su inhalador.

17:59-. Revisión de armas. (Bolsas de diálisis)



18:00- Invasión. Libertad.


18:03- Aprisionamiento

18:15- Revisión de nudos

18:20- Victoria

18:30- (¿?)
18:40- (¿?)
19:00- cena.

EL PROFE DE TEATRO  Y SU PASIÓN FEBRIL

No, no. El texto dice es UN humo




¡No! Separe las palabras.  Debe de sentir el texto, que sale de sus poros. Qué lo huela, qué resbale, ¡qué exhale! 


No, como agua de manantial con rosas.



¡Agua de manantial!






Con rosas


¡Con rosas!

Que sea como una flor la cual despierta con los primeros rayos del sol por la mañana, el canto de los pájaros que vuelan desde muy lejos para cortejar a su amada…



Como… gusten.

Ruego por que así sea.


Eso, así, así, florece, florece…





            
¡No!




¡No! Como ros… ¡como sudor!





Como el sudor de una flor.
ONCE
(Un crucero de alguna ciudad)
Músico- Tienes que creerlo para que alguien más te la crea.
Niña- ¿Pero cómo…? si no lo estoy…
Músico - ¿Sentiste eso?… ese dolor es un rayo que te parte a la mitad.
Niña-  Me pellizcó, por segunda vez me tiré al piso, patalee y él bostezó. Unas personas que pasaban me miraron como si yo fuera un mosquito y les hubiera picado en los ojos.
Músico– No, no, no…
Niña- Lo hizo y todos se le quedaron mirando, incluso los que venían manejando se le quedaron mirando.
Músico- ¿Ves?
Niña- Dije con la cabeza que sí.
Indio- El plan era sencillo, aunque no lo entendía… pero era sencillo. Si queremos burlar toda la burocracia del hospital y encontrar a tu padre tenemos que llegar al centro, al colmenar del hospital, ¿entiendes?  Los dos dijimos que sí con la cabeza. ¡Tenemos que llegar! nos dijo el viejito que mientras hablaba nos bañaba con su baba ¿Y si mejor tocamos?, dijo la niña. Eso no sirve de nada, hay mil formas de abrir una puerta y en esta ocasión la más sencilla no es simplemente la mejor. Así que allí estábamos, ensayando: el engaño del herido. Al lado de un crucero, para que viniera una ambulancia y nos recogiera a todos, a todos.
Músico- Repítelo.
Niña-
Músico- Una vez más.
Indio- ¿Era tan difícil que una ambulancia te recogiera? yo supongo. El plan era sencillo.
Músico- ¡Otra vez!
Niña-… ya me cansé.
Indio- Más bien parecía que estábamos haciendo un número de mimos…
Músico- ¡Cómo cuando gritaste en la execrable terminal!, ¿quieres encontrar a tu padre?
Indio- A mí siempre me gustaron los mimos…
Niña- ¡Mejor hubiéramos ido a la tele!
Músico- Ya te dije, la tele no lo ven los doctores, no tienen tiempo para perder en programejos de invertebrados. Hay que llegar donde se encuentra la abeja reina.
Indio- A algunos les causábamos risa, otros bajaban la velocidad de su automóvil, luego la ventanilla para mirarnos un segundo, y ya, un segundo y listo…. A mí me gustan los mimos, son tan graciosos…
Músico- Más o menos,  intenta otra vez…
Niña- No puedo.
Músico- ¡Esa palabra esfúmala de tu cabeza, no existe!… (la niña llora) … Piensa en una nota que es interminable, en la vibración de la cuerda minúscula que entra por tu oído y te va sacudiendo poco a poco la cabeza, el cuerpo, las manos, tu ser. Y en esa vibración entra un bombo, que te levanta por los aires.  El sonido de un saxofón te acaricia los pies haciéndote cosquillas, eminentemente chistosas, pero de muerte, de vida, de risa, de amor…
Niña- ¿De perdón?
Músico- ¡De estúpida esperanza!
Indio- ¡De mimos!
(El sonido de un fuerte choque, silencio, humo, una sirena)

DOCE





EL ASILO CARITAS ARRUGADAS
PRESENTA
Romeo y Julieta
de William Shakespeare
con adaptación libre de:
 William Zacarias Levy
Con las actuaciones:

Bailarina- El día llego. Se respira el nerviosismo. Todos nos alistamos. El profesor William Zacarias Levy –mi nombre artístico, no se confundan chicos y chicas, nos aclaró- se truena los dedos.
¡Tercera llamada!
(Música)

Bailarina- ¡Con sudor, con sudor!, repetía William y se limpiaba la cara con su pañuelo color amarrillo huevo- guácala. Los demás a la expectativa, con la sonrisa picara y la punzada que da en el pecho cuando sabes que harás la travesura que rayará en el vandalismo o en el castigo de kínder.

LADY MONTAGUE:
¡Oh! ¿dónde está Romeo? -¿Le habéis visto hoy?

Bailarina- Lucesita decía sus diálogos normalmente, como si la sangre hace mucho tiempo no le hubiera bombeado la lengua y ahora, en la obra, la invasión, le estuviera llegando hasta la punta del cráneo. El “luego”…empezaba a tener puntos suspensivos.

 (Evocamos una noche, de esas que pasaron el Músico y la Bailarina.)

Bailarina- ¿Dices amarme y me desprecias?
Juegas conmigo como el que reparte cartas para su sobrevivencia.
¡Los de corazón ingrato no saben lo que tienen hasta que lo ven perdido!

Músico- Le aseguro señora que hasta el más duro hombre
derrocharía lagrimas ante tales palabras

Bailarina- Las flechas más letales para el más letal de los enemigos

Músico- No es de hombres abjurar en contra de su destino

JULIETA
¡Oh! No jures por la luna, por la inconstante luna, cuyo disco cambia
cada mes, no sea que tu amor se vuelva tan variable.

ROMEO
¿Por qué debo jurar?

Músico- Nuestro destino hoy no existe

Bailarina- Por qué no lo ves, por qué lo has borrado
por qué no lo quieres…

Don Flu- (Tras bambalinas, con la boca llena de bocadillos) ¡Nadie me dijo que eran para todos!

Bailarina- La tragedia y la comedia me dan flojera. ¡En la vida no sólo lloras!, ¡Ni que fueras Magdalena! Quisiera tener a Shakespeare frente a mí para patearlo y escupirlo, decirle que la vida es equilibrio. ¡Por eso odio el teatro!  Hace poco mi  “Romeo” volvió a escribir y no sé si de broma me dijo que ya nos podríamos volver a encontrar, que era un viejo invalido y solo.

MERCURIO
¡Oh! ¡Calma deshonrosa, abominable humildad! A lo espadachín se borra esto.
(Desenvaina.)
Tybal, cogedor de ratas, ¿quieres dar unas pasadas?

Bailarina- ¡Que se vaya al carajo! Por supuesto. No me gusta Romeo y Julieta, por el final. Infeliz.

- ¡LI- BER- TAD!

(Todos los viejos salen a secuestrar el asilo)


TRECE
(Dentro de la ambulancia, el grito de la niña que se confunde con el sonido de la sirena)

Niña- ¡Qué me hace…!

Músico- ¿Rutina?... no vuelvas a tocar a la niña.

Indio y Niña:
(Al principio ambos van alternando textos, después solamente el Indio)
El elefante, es más grande que cualquier otro. Es infinito, fuerte, he creído que es invencible. Yo no lo sé, no quiero comprobarlo. ¡Quiero despertar, de esta pesadilla!. Me aplasta con sus patas, me sujeta. Yo no quiero. No quiero, le digo. No dice nada. Calla. La puerta del circo se cierra detrás de nosotros. Sólo mira, sólo mira.

Músico- ¡No llores, falta poco para llegar al hospital!

Niña- Quiero a mi papá… ¡No se me acerque!

Indio:
(Ya sin la intervención de la Niña)
 Con su trompa, esa trompa con cuerpo de serpiente, se desliza por mi cuerpo, cada vello de mi piel se me enchina, no sé si me morderá… acecha… Eres mi abuelito, yo te quiero mucho…camina hacia mí, llega a su presa… bebe de una botella.

Músico- ( a los paramédicos) ¿¡Calma?!…

Niña- ¡Paren!, déjenme en paz, quiero a mi mamá, mi papá, los quiero a los dos… no me toquen... ¡pongo una barrera de hielo!

Indio:
El elefante con trompa de serpiente, tiene los ojos rojos, nunca me mira. Yo trato pero no puedo… pronto vendrán mis papás, le digo… ya no tomes más abuelitoal otro día te duele la cabeza y no te acuerda de nada, se te olvida todo… ¡eres una maquina del olvido!… otro trago. Su boca a olor gélido, a olor de asco, se abre… me dice ¡Silencio!

Niña- Qué nadie me vea, ¡silencio!, ¡silencio!


Indio:
Una mano toca mi mejilla. 
¡Que me esté callada, que no grite!
 Que me calle para siempre….
Mi voz se ahoga.
Quisiera que mi cuerpo tuviera miles de pequeñas bocinas para nunca dejar de hablar.
El elefante da un nuevo trago…
El sonido de su bragueta que baja me taladra los oídos.
Su olor apestoso, sus ojos rojos.
¡Quítate de encima! 

(OSCURO)

(SILENCIO)

Niña- Lo hizo después de que fuimos al circo. Después de que vimos el acto donde el domador no pudo domar a sus elefantes, ¡quiero domar elefantes!




QUINCE

(Un cuarto blanco, lustroso, tal vez se pueda confundir con la idea común del pasadizo, la luz, que te lleva al cielo.)

Bailarina:
Un instante.
 Qué cuando cierro los ojos se queda en mi cabeza, cómo una foto.

Músico:
Cómo una noche en la playa mirando las estrellas.

Indio:
Fue lo que nos dijo el viejo. Yo le creo. ¿Después de que le inyectaran tantos tranquilizantes? Hasta la luna yo hubiera visto.

Bailarina:
Una foto.
Un instante.
Tu primer novio.
La planta que retoña su primera flor.
 El aplauso del público después de una función.
 Una sonrisa de paz.

Indio:
A la niña la llevaron a un cuarto y allí se sentó con alguien, a platicar un rato. Ese alguien llamó por teléfono a otro alguien para que luego supiéramos que al alguien que llamó el otro alguien era su papá. Habíamos llegado al colmenar y el abejo rey se fundió en un abrazo con su abejita.

Niña:
Le dije que nos regresáramos, que lo que más extrañaba era que me leyera historias antes de dormir. Me dijo que lo perdonara. Tú no hiciste nada, no tengo por qué perdonarte. Sonrió y lloró al mismo tiempo… como el Gaviotas cuando lo regañan porque se come los pescados recién pescados…

Bailarina:
Como una pintura de Picasso.
Caras descuadradas del cuerpo.
Al ver a todos aquellos veteranos contra ellos; con sus espadas de madera, bacinicas en mano, tubos de suero… y en la otra el corazón sangrante y palpitante:
¡Chinguen a su madre!
Como un Capuleto herido caí al piso y mi brazo se partió en dos.
La invasión había terminado y los represores volvieron a tomar el control.
A mí me llevaron al hospital, me enyesaron el brazo.
 La invasión fue fallida.
 Al poco tiempo cambiaron la tele que no se ve por otra tele.

Músico:
No sabía si reír o llorar.

Bailarina:
 También cambiaron el nombre del asilo de “Caritas arrugadas” a “Centro de reunión para la tercera edad”. En realidad me gustaba más lo de caritas arrugadas. Algunos se los llevaron sus familiares a… no sé donde, tal vez a algo mejor o peor. Pero creo, siempre es bueno creer, que como yo, tenían una sonrisa de paz pintada en el alma.

Indio:
Lo dejamos con una mujer.

Niña
Su mujer

Músico:
Reír. ¿Para qué llorar?

Indio:
Ellos se parecen tanto, como gemelos.
Uno con los pies sin moverse y la otra con una mano sin moverse.
Se reconocieron rápidamente. Me dijo la niña que había encontrado a su media naranja, que ahora ya no nos necesitaba porque podía caminar, correr si él quisiera.
Don rápido, le dije, gracias por todo.

Niña:
Y en el azulejo blanco y frió se dieron la mano y sonrieron como dos adolescentes que se enamoran por primera vez.

Bailarina:
Como un Romeo y una Julieta, con final feliz.





Niña/ Indio:
 Yo emprendí mi viaje otra vez, a tomar un vaso de leche de mi cielo deslactosado.

DIECISÉIS

Padre.- Quiero denunciar abuso sexual a una menor… ¿el agresor?... Sí, lo conozco, es mi padre.